¡LA SAGRADA
FAMILIA, ESCUELA DE LA VIDA Y DEL AMOR!
La
Iglesia nos invita hoy a celebrar la familia sagrada, con alegría, viviendo ese espíritu navideño, que al nacer el
niño Dios, José empieza a vivir su dimensión paternal como don, y María también
empieza a vivir con gozo y alegría el don maternal, afianzado su amor conyugal,
esa es la verdadera familia, que es modelo para todo hogar cristiano…El niño
Dios que ha nacido hombre –al mismo tiempo es Dios, creció como lo hace
cualquier ser humano, necesitando del calor…
José,
ama a su esposa, y es padre,
hombre de fe y de responsabilidad religiosas, padre nutricio de Jesucristo, que
dio mucho ejemplo de sencillez, de responsabilidad, de trabajo, y de protector
de su hogar, cumple la ley de Dios por amor y no por obligación, por eso lleva al niño al Templo, como mandaba
la Ley unida con su madre. María que ama a su esposo y es madre, llena
de fe, cuida del hogar, es la que pone el calor maternal, guardaba silencio, y en
su corazón todo lo que se decía acerca de su Hijo.
Simeón,
hombre justo… simboliza a Israel, recibe al niño en sus brazos, ha visto al Salvador del mundo diciendo, ya
podre descansa en paz, ahora no tiene miedo a morir… y anuncia proféticamente
lo que le sucederá, al niño será signo de caída para unos y levantada para
otros…será bandera discutida, se descubrirá la intención de los corazones. También
nosotros debemos acoger siempre al niño Dios, como lo hizo este anciano, del Él
venimos y hacia Él vamos. El niño Dios ha sido presentado en el templo por sus
padres y todo lo que se decía del Él, María lo guardaba en su corazón.
La
verdadera familia formada se convierte en escuela de la vida y del amor, que al traer un hijo o más al mundo, por amor, viven el don de ser padre y madre,
protegen y cuidan con amor a sus hijos y lo ven como un don de Dios, lo educan
en la fe, con su buen ejemplo, preocupándole una buena formación religiosa, que
conozca las verdad de Dios y de la Iglesia, que es la gran familia. La familia es conocida como Iglesia doméstica.
Los
hijos, que realmente aman a sus padres, Dios los premia, pues, vivirán largos años, si respetan y obedecen
a sus padres, aceptarlos, y no avergonzarse de ellos, ayudarlos y asistirlos en
su ancianidad, ya que ellos hicieron mucho por ti. La gran familia es la
Iglesia católica, ya que desde que nos bautizaron formamos parte de esta
gran familia, en ella hacemos crecer nuestra fe.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro