¡TESTIGO
DE LA LUZ!
“Los discípulos se alegraron al ver al
Señor”;
el ángel le dice a María alégrate, pues el Señor está contigo; estad siempre alegre,
es una expresión propia de Pablo, que pide a la comunidad de Tesalónica; como también nos dice Isaías, estad contentos y llenos de gozo, porque
está cerca la venida del liberador del mundo, el Hijo de Dios, que vendrá a
liberar a los oprimidos… establecer el
derecho y la justicia, esta es la esperanza de muchos marginados, desposeídos,
enfermos, pecadores…; rechazados por los que se creen justos, especialmente por aquellos, que creen tener
el conocimiento de Dios.
Este
domingo es considerado como el domingo
de la alegría, porque todos los que sufren (historia dolorosa del hombre)
esperan con seguridad la venida del Mesías, que sanará y vendará las heridas…
La presencia de Juan, genera una
pregunta: ¿Quién es? los
enviados de parte de las autoridades judías, quieren saber quién es, quién está
detrás de él, además le preguntan, quién le dio autoridad para bautizar, ya que
mucha gente acuden a él para recibir el bautismo de agua,.. El responde que no es un profeta, ni Elías, ni
mucho menos no es el Mesías, así borra toda idea mesiánica de sus discípulos.
Juan responde “Soy una voz que clama en
el desierto”, un “testigo de la luz”, que da “testimonio de la luz”, es decir descubrimos su misión
importante, de ser testigo de la luz, es
una voz que clama en el desierto, invitando a preparar la venida del Señor,
invitando a la conversión, y preparando su venida, pidiendo que abandonen toda
clase de injusticia, de explotación…, , pues tenemos que dejar toda clase de
pecado, buscando siempre el bien del prójimo. y ser también testigos de la luz
de Cristo, posibilitando ese encuentro con Jesús.
Ser testigos de la Luz es reconocer la
grandeza del Mesías, diciendo
como Juan el Bautista, que yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia,
por eso Juan el Bautista, clama por todo el desierto, para que todos sepan
sobre la llegada del Mesías, ya está en
medio de vosotros, pero que aún no lo conocéis, ya está presente. No
olvidándonos que tenemos que ser testigos de la Luz, cuando empezamos nuestra
conversión, y vivimos conforme a la
voluntad de Dios, y posibilitando un encuentro con el Señor.
Pbro. Salvador Carrasco Castro
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