¡HA LLEGADO LA SALVACIÓN A ESTA CASA!
El
Caso Zaqueo es un caso perdido,
así pensaban los judíos que seguían a Jesús camino a Jerusalén por Jericó. Zaqueo
es un hombre repudiado, despreciado, odiado y marginado por el sistema
religioso y social, por ser un pecador público, un vende patria, que está al
servicio del Imperio Romano que es pagano, por eso es un caso perdido, pero no
para Dios.
Zaqueo desea ver a Jesús, pero por su
baja estatura y por tener tanta riqueza que lo ahogan y la misma gente que lo
odia, no puede ver a Jesús; esto nos puede suceder a uno de nosotros, por estar
sedientos de tanta riqueza, ser codicioso, donde todo vale, para el con tal de
ser rico, como sucede en nuestra sociedad, donde hay personas que se dejan
corromper con tal de enriquecerse. Este
hombre llamado Zaqueo, no ha perdido el deseo de ver a Jesús, movido
aparentemente por la curiosidad, pero, en lo más profundo de su ser es movido
por el amor de Dios que lo conducía, intenta ver a Jesús.
Jesús
mira con misericordia a Zaqueo,
no lo juzga ni lo condena, como lo hacen los judíos; sino le da una mirada
acogedora, llena de bondad y de misericordia, que toca el corazón de este pobre
hombre pecador, Jesús le dice: “Zaqueo baja enseguida que hoy tengo que
alojarme en tu casa”. Grande sería su sorpresa, al oír la voz de Jesús, que no
lo condena, sino lo llama por su nombre, invitándole a bajar del árbol para ir
a su casa a comer juntos. ¡Qué alegría la de Zaqueo! Sólo quería ver al Señor y
el Señor le bendice abundantemente al hacerse su huésped. ¡Qué misericordia tan
grande la de Jesús!. La bondad y el amor de Jesús, transformará el corazón de
Zaqueo, que estaba atrapado por la ambición y codicia, pero es sanado.
"Hoy
ha llegado la salvación a esta casa”, Jesús vino a buscar y a salvar lo que estaba
perdido. Zaqueo al acoger a Jesús en su casa, la palabra de Dios lo transforma,
y se convierte, demostrando con hechos concretos y al ponerse en pie le dice a
Jesús: “Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; si de
alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más. Por eso el Señor
dice: “Hoy ha llegado la salvación a esta casa”. La salvación de Jesús comienza
a experimentarse cuando la persona comienza a romper con lo que le impide la
libertad y comienza a ser libre para amar a Dios y a los demás. También, Jesús
quiere hospedarse en tu hogar.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
0 comentarios:
Publicar un comentario