¡JESUCRISTO, VOLVERÁ
COMO REY, A JUZGAR A TODAS LA NACIONES!
Celebramos la solemnidad de Jesucristo, como Rey de todo
el Universo, que vendrá revestido de toda su gloria, y rodeado de todos sus ángeles; si en la primera venida no lo reconocieron
como Rey, que al revestirse de nuestra humanidad, gracias al sí de María, vino
al mundo, como pobre, débil, humilde, de baja condición social y fue como uno
más de nosotros; donde, los pobres, los humildes,.. los despreciados, que
tuvieron esa experiencia de reconocer a Jesús como el Mesías. El vino como Rey
de los judíos, para darnos ejemplo, de cómo debemos amar a nuestros hermanos,
procurando hacer el bien, incluso a nuestros enemigos. Ahora viene con toda su
gloría, para establecer de manera definitiva su reino.
Vendrá también como Juez, sentado en su trono de
gloria, a juzgar a todas las naciones, donde sus ángeles, separarán a los hombres buenos de los malos, que hasta
ese momento estaban todos juntos, a los buenos los pondrán al lado derecho y a los malos que los pondrán
a lado izquierdo, donde cada uno será juzgado sobre el amor al prójimo.
Lo que
determinará nuestra salvación o
condenación es: “En verdad os digo, que cuantas veces hicisteis eso a uno de
estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis”, es decir, si
has realizado las obras de misericordia corporales, tendrás tu premio, y si no
has hecho nada, solamente te has dedicado a juzgar al pobre, y te desentendiste de él, abandonándolo, tendrás tu
castigo. A los buenos les dirá el Rey:
¡Venid, benditos de mi Padre!, tomad posesión del
reino preparado para vosotros!, es la palabra que el Señor dice a todos los de la derecha, que han
cumplido, ayudando, sirviendo, alimentando, visitando a los más necesitados, es
decir que han realizados las obras de caridad corporal… que siempre la Iglesia
nos ha enseñado; descubriendo el rostro de Cristo en los pobres; son aquellos,
que han atendido desde su pobreza al pobre y necesitado; pero a los otros dirá:
¡Apartaos de mí malditos, al fuego eterno!, es una fuerte maldición, para aquellos que no han hecho nada por el pobre,
por el hambriento…, más bien se han
preocupado en conseguir más dinero, poder y buscan los placeres del mundo. Para
ellos está reservado el infierno y también para los demonios. Nadie abogará por
vosotros la sentencia está dada.
Jesucristo nuestro Rey, reinará para siempre, donde ya no habrá espacio para las personas malas,
estará siempre con los buenos ánimo, procura siempre en hacer el bien dando
bienes materiales al pobre y obtendrás bienes espirituales en el cielo, todo con
la ayuda de Dios.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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