¡JESÚS, MANIFIESTA EL DON DE
DIOS!
La multitud sigue a Jesús
porque estaban admirados por los milagros que hacía, curaba enfermos y le daba un sentido nuevo
a todo. Esperaban mucho de él, y por eso
no lo dejaban en ningún momento, podemos decir, que estaban tan entusiasmados,
que solo eso querían ver estos signos, pero ellos necesitaban algo más. Jesús,
subió al monte, y lo hizo, porque quería
salir de aquel bullicio, que realizaba toda la gente, donde Jesús estaba con
los apóstoles, que los hizo descansar, por un breve momento.
En la persona de Jesús se manifiesta el don maravilloso de Dios, que
al ver desde el monte, a toda la gente, siente
compasión por ellos, y
Jesús prueba a uno de los apóstoles, que es Felipe, que le responde: doscientos denarios es tan poco que no puede
alcanzar para alimentar a tanta gente,
lo dice de manera irónica, y otro
apóstol que es Andrés, le dice aquí hay un joven que tiene cinco panes de
cebada y dos peces, es muy poco para alimentar a tanta gente; pero Jesús ordena
que hagan sentar a la gente, ya es el momento, de que ellos deben confiar en
Jesús, por eso ordena que se sienten en aquel lugar que hay hierbas, para que les reparta el pan a cada uno; Jesús
cogiendo el pan, hace la oración de acción de gracias, por el don de su Padre,
luego los reparte a todos, lo mismo
sucede con los pescados, y todos quedaron satisfechos, y sobro doce cestos de pan.
Jesús ordeno a los apóstoles
recogieron las sobras, que fueron doce cestos de canastos de pan, que
simbolizan a las doce tribus y a los doce apóstoles, y todo ello significa para
nosotros, que todos los que recibieron este pan
quedaron bien saciados; también
es signo de abundancia, que Dios no hace faltar nada a nadie, y que al recoger
la sobras, es para que tengamos respeto por los dones que Dios nos da, y que nada debemos desperdiciar, pues también,
es necesario saber compartir con los
pobres como lo hizo Jesús, y Dios
realizará el resto.
Jesús rechaza todo
título humano dada en este mundo, ya
que siempre cuando la gente está satisfecha, es la fuerza excesiva de la gula,
que quieren hacerle rey a Jesús, por eso Jesús se alejó, no quiere estos
títulos ni las dignidades que el mundo le ofrece, que muchos de nosotros nos quedamos impresionados por el milagro y no vemos mas allá de ese hecho. Ahora nos preguntamos porque buscamos a Jesús, cual es nuestro
interés en él. Nos preocupamos que nadie pase necesidad, que aprendemos de este
gran don que Dios nos ha manifestado, y que podemos descubrir en este gran
signo, o nos hemos quedados en la impresión de este gran milagro.
Pbro. Salvador Carrasco C.
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