viernes, 4 de diciembre de 2015

II DOMINGO DE ADVIENTO CICLO C

Posted by salvador on 12/04/2015 09:14:00 p.m. with No comments


¡UN GRAN PROFETA, VIENE A PREPARAR LA VENIDA DEL MESÍAS!


Juan el Bautista, es  el último del profeta del Antiguo Testamento, que recibe la palabra de Dios, para cumplir una obra. Esta palabra no lo reciben los poderosos, como Tiberio, ni otras autoridades, como Pilato, ni el Sumo sacerdote Caifás. Dios dirige su palabra a la gente sencilla, como es el caso de Juan Bautista que habita en el desierto. Nosotros tenemos que alejarnos de los bullicios de este mundo, que nos ensordecen y enceguecen con sus propagandas navideñas, para acoger la palabra de Dios, como también lo acogió la Virgen María, mujer de esperanza. Juan no es una figura política, económica, social, o comunicador social, y propagandista de un producto, sino es aquel, que te invita a la conversión.
 
Su misión, predica un bautismo de conversión, para el perdón de los pecados.  Predica la conversión de todos los pecadores,  pidiendo un cambio radical de nuestra vida. Convertirse, significa en el lenguaje hebreo, “volver”, es decir tener un cambio de pensamiento, cambio de actitudes, y cambio de  sentimientos y deseos, es decir es volver nuestra mirada a Dios, es volver al camino que nos conduce hacia la patria celestial; es dejar esa vida pecaminosa y empezar algo nuevo, es dejar todos los vicios que nos anclan en este mundo. Solo hay silencio en el desierto, donde podemos encontrarnos con la verdad, que nos ayudara muchísimo, a romper ese anclaje con el mundo, incluso romper con este mundo materialista, consumista, y hedonista y engañoso, por eso es necesario ser un desertor, de esta realidad, que es engañosa que nos da valores falsos, que pone todo por encima de Dios, este gran profeta desde el desierto nos invita a la conversión.

Preparen el camino del Señor, y vivir conforme a lo que predica, es el primero que anuncia la llegada del reino de Dios. Nos invita a preparar el camino, allanar los montes y las colinas, para la venida del Señor. Debemos deshacernos de todo abismo de odio, de riqueza, de injusticia, de violencia…  que nos impide acercarnos a Dios y al hermano; es nuestra tarea de acortar toda brecha de desigualdades, sean políticas, sociales, económicas, culturales, religiosas…y toda clase de odios y enemistades, para poder estar preparados, para su pronta venida y celebrar con gozo y alegría la fiesta  del Amor.



                                                       
                                                                               Pbro. Salvador A. Carrasco Castro

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