¡LA PROMESA DE DIOS,  SE CUMPLE EN MARÍA!

Los designios de Dios son siempre un misterio para el hombre, si David, quiso construir una casa a Dios, pero Dios le dijo por medio del profeta Natán, que Dios mismo  va a preparar su morada.

Dios envía al Ángel Gabriel para anunciar a María, el cumplimiento de la promesa, que ella será la madre del Altísimo... ella no comprende éste mensaje de Dios anunciado por el Ángel, y quedo turbada, respondiendo como será eso, si no conoce a varón, pero el ángel, le va explicando todo aquello donde María va comprendiendo, y acepta con humildad este mensaje de Dios, convirtiéndose en la heroína de la fe… pues nadie le va a creer a ella que quedo en cinta por obra del Espíritu Santo, del Altísimo, corriendo el riesgo de ser lapidada.  (Dt 22,20ss).

Dios respeta siempre la libertad de cada persona, esto fue en el caso de María, Dios no la obligo, no la amenazó, pues él quiere siempre invitarnos, María desde su libertad cree en el mensaje, acepta y se entrega de lleno a Dios, por ello María es figura de todo creyente y modelo de obediencia de fe, es decir ella se fía completamente de Dios, y nos da un ejemplo, para cada uno de nosotros, que también debemos confiar en la palabra de Dios, como lo hizo María, al responder al ángel “He aquí la esclava del Señor, que se haga según su palabra".

Dios cumple con su promesa, no quiso abandonar al hombre en su pecado, muerte, dolor sufrimiento, angustia, desesperación, por ello gracias al sí de María, Dios se prepara una digna morada, donde el poder y la fuerza del Espíritu Santo, cubre a María, para que el Hijo del Altísimo, se revista de nuestra naturaleza humana, para hacer morada en medio de nosotros, y esto gracias a Dios, que preservó a María de toda mancha,  ya anunciado en el Antiguo Testamento, ella no titubeo ante el designio de Dios, para ser la madre del Hijo del Altísimo, y respondió a Dios, con un amor generoso, por es, nacerá el niño Dios para salvar al hombre de todo pecado...

                                                            Pbro. Salvador Carrasco Castro

NAVIDAD: DIOS NACE POBRE... PARA ENRIQUECERNOS

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