LA GLORIA DE DIOS
Jesús va al monte a orar,
era habitual en
Jesús dirigirse a un monte, para orar a su Padre, y esta vez lo hace
acompañado, de sus tres mejores amigos más íntimos…, que serán los testigos de
la manifestación de la gloria de Dios, y que no le van a fallar; ellos, estarán
también en el monte de los olivos, próxima a su pasión. Ya Jesús les había hablado
que tenida que padecer mucho y morir.
La experiencia de la
manifestación de la gloria de Dios…, la tuvieron, Pedro, Juan y
Santiago, Jesús les regala esta rica experiencia, de ver la gloria de Dios, al
ver su rostro radiante, y sus vestiduras resplandecían de blancos; vieron dos hombres
que conversaban con el: eran Moisés y Elías, que apareciendo revestidos de
gloria, hablaban de su muerte, que se consumara en Jerusalén. Uno representa a
la Ley y el otro representa a todos los profetas, luego desparecieron.
Pedro dijo a Jesús “Maestro,
que bien se está aquí,
hagamos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías, pues no
sabía lo que decía; porque quería siempre ver la gloria, quedaba admirado de lo
hermoso que se veía, el cuerpo de Cristo, que para llegar a la gloria es
necesario el camino de la cruz, que todo discípulo tiene que seguir a Jesús por
ese camino de la cruz.
“Este es mi Hijo elegido,
escúchenlo”,
una nube los cubrió a los apóstoles y escucharon una voz que venía de lo alto
“este es mi Hijo el elegido, escúchenlo”. Jesús su mayor preocupación es hacer
la voluntad de su Padre, y nosotros tenemos que escucharlo, y quien escucha a
Jesús se pone en camino con Él, imitando a Jesús, y no dar marcha atrás.
¿Qué nos enseña este acontecimiento?
* Nos enseña a seguir adelante aquí en la
tierra, venciendo toda tentación, como Jesús, lo hizo, no ponerse a dialogar
con Satanás.
* Como auténticos discípulos, tenemos que
escuchar a Jesús y seguir su camino, aunque tengamos que padecer por Cristo; pues
en el horizonte se vislumbra una gran esperanza, que seremos transformados por Él,
nos espera con su gloria en el Cielo y que como nos dice San Pablo, somos
ciudadanos del cielo.
* Hoy aprendemos, que para llegar a la gloria,
es necesario el camino de la cruz, como nos ha enseñado Jesús.
* A
entender que el sufrimiento, cuando se ofrece a Dios, se convierte en sacrificio
y así, éste tiene el poder de salvar a las almas. Jesús sufrió y así se
desprendió de su vida para salvarnos a todos los hombres.
Pbro. Salvador A. Carrasco C
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