
¡EL SEÑOR ALABA, A LOS
QUE HAN FRUTIFICADO LOS TALENTOS!

Encontramos distinto comportamientos de los tres
siervos, que se les
ha dado talentos, los dos primeros hacen fructificar los talentos recibidos, el
primero que recibió cinco talentos, hace fructificar otros cinco; el segundo
que tiene dos talentos, hace fructificar otros dos, es decir cada uno rinde
según su capacidad que Dios les concedió; pero el tercero, que recibió un
talento, en vez de fructificarlo, lo enterró, sea por miedo, o por flojera.
Al regresar el dueño, alaba al primero y luego al segundo, que han fructificado bien los talentos que han
recibido; el Señor le dice al primero: "Muy bien. Eres un empleado fiel y
cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al
banquete de tu Señor”, lo mismo le dice al segundo. El talento no se refiere al
dinero que hacen producir, sino más bien a la caridad que ellos hicieron con
los más pobres, que siempre les movía el amor para realizar la caridad con el
pobre, abandonado, y desprotegido.

Queridos hermanos, que el amor a Dios, sea un gran motivo para que amemos a nuestros
hermanos haciendo el bien, realizando las obras de caridad con los más pobres,
de nuestra comunidad; sabemos que, en la comunidad de Mateo, se había enfriado el
mandamiento principal, lo han enterrado ese talento; por eso también nosotros
desenterremos ese talento, y empecemos a fructificar, haciendo el bien a los más
pobres, como lo hizo san Vicente de Paúl, San Alfonso María de Ligorio, que fue
anunciar la buena nueva a los alejados de la ciudad y otros santos.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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