"...UNO SOLO ES SU MAESTRO”
“Hagan y cumplan lo que les digan; pero no hagan lo
que ellos hacen” los escribas y fariseos no han sido desautorizados por
Jesús, pues ellos están sentados como sucesores en la cátedra de Moisés, para
enseñar, pero realmente no cumplen lo que enseñan. Esto también es una realidad
actual, pues hay sabios, que aconsejan bien, pero ellos no lo cumplen; así,
cuando un sacerdote, pide a los fieles que oren mucho, este sacerdote no ora;
de igual manera el profesor que dice que lleguen puntales al colegio, pero el
profesor llega tarde…Con mucha pena esto se da también en las esferas de poder,
donde, dicen que son cristianos, pero aprueban leyes que van contra la vida,
contra el matrimonio, como se ha dado en algunos países.
Quieren aparecer como buenos y sabios, pero todo es
pura apariencia, nuevamente
Jesús arremete contra estos entendidos de la ley y observantes de la ley, que
siempre les gusta que la gente les rinda honores, porque tienen un cargo público,
pues prometen y no cumplen; pero si les gusta los alaben, que los inviten, que
les reserven los mejores asientos; lo peor del caso es que quiere que se les
llame los doctos, o señores, o maestros que son los entendidos en financias, en
economía…o en materia religiosa, como si fueran la última palabra y no las
enseñanzas de Jesucristo. Esto paso en la comunidad de Mateo, donde los judíos,
se aferraron a las enseñanzas de Moisés y no quería aceptar las enseñanzas de
Jesucristo, por eso se produjo la ruptura del judaísmo con el cristianismo en
dicha comunidad. Jesús nos da una gran enseñanza:
“Uno solo es el Maestro”, un solo es el Padre, uno
solo es el consejero, que como
Maestro nos enseñan que debemos vivir coherentemente con lo que predicamos o enseñamos;
es la exigencia de Jesús para los que quieren ser realmente sus discípulos, y
no tengan que aparentar, o ser soberbios como los escribas y fariseos. Todos
somos hermanos, porque tenemos un mismo Padre, que tenemos que amarnos
fraternalmente que uno no ser crea superior que el otro, y nos exige humildad. Finalmente,
hay un solo consejero, que es Jesús el que nos guía y nos conduce hacia el
Padre, donde los otros participan de esa guía ayudando a los hermanos para que
no se extravíen del camino.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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