“¡LLEGA EL NOVIO! ¡SALGAMOS A SU ENCUENTRO!"
El reino de Dios es semejante a diez vírgenes, que están con sus lámparas encendidas, que unas cinco
tienen alcuzas con aceite y las necias solo tienen la lámpara encendida. Esto
se refiere a toda la Iglesia, es decir hay fieles muy buenos, y también hay
fieles que no son gratos a los ojos de Dios.
¡Llego el novio! ¡Salgamos a su encuentro! las muchachas prudentes, son
aquellas, que no
quebrantan la Ley de Dios, que sus buenas obras son el aceite, y que sus lámparas encendidas, indican que observan la Ley de Dios; la caridad es el aceite, que hace que continuamente estén encendidas sus
lámparas; y son todos aquellos, que se preocupan por socorrer al pobre, de estar en
comunión con Dios, escuchando su palabra, recibiendo su cuerpo y su sangre,
conociendo su verdad, y no apartándose del amor de Dios; y sobre todo haciendo
el bien a los más necesitados, y dando limosna al pobre como dice san Juan
Crisóstomo. Sus cinco sentidos están para el Señor.
Las muchachas imprudentes, solo llevan la lámpara
encendida, pero no tienen aceite en su alcuza, se va apagando, son aquellas, que al principio no quebrantaron la ley
de Dios, pero ahora no observan la ley, no hacen obras buenas; y en vez de conocer,
amar y servir a Dios, se dejaron seducir por el mundo, en sus cinco sentidos,
del ojo, del oído, del olfato, del tacto y del gusto o sabor, procurando los
placeres que el mundo les ofrece, para deleitar sus cinco sentidos; y también acumulando riquezas para deleitar
sus ojos, ante gran fortuna que han acumulado, son también aquellos que no
tienen tiempo para estar con Dios, no hacen obras de caridad…; y cuando llegue el esposo, su lampara estará apagada, querrán que les presten aceite, pero será demasiadamente tarde, porque
no fueron precavidas ni responsables, la puerta se ha cerrado y nadie les abrirá la puerta.
Jesús nos pide que estemos vigilantes, para participar
de las bodas del esposo, que ya llega, aunque tarde, solamente los que están preparados y han estado en
continua vigilia, aunque se hayan dormido, participaran de las bodas del
banquete; pero las vírgenes imprudentes no participaran, ya que no llevaron el
aceite de la caridad, y que sus lámparas prontamente se apagaran, y serán
rechazados por el esposo, diciéndoles no las conozco, y no les abrirá las
puertas. Recuerda, que la salvación es personal, y no te salvaras por las
buenas obras, que haga tu familia o tu amigo, uno mismo tiene que realizar las obras buenas de caridad, uno mismo tiene que convertirse y confesarse con la ayuda de la gracia de Dios. Debemos vivir como si hoy fuera el último día de vida que Dios te ha concedido, y vivir como Dios quiere, y no como el mundo quiere.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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