“ESTAD VIGILANTES Y ESPERAR
AL SEÑOR”
Ricos para Dios y
no para el mundo, los
ricos del mundo, son aquellos que se ahogan en sus riquezas, y han puesto su
seguridad en ellas; y los ricos para
Dios, son aquellos que han puesto su confianza en el Señor, porque los bienes
que obtienen, lo ven como un don de Dios, y lo comparten con sus hermanos, los
más necesitados. El único bien para ellos es Jesús y este es el pequeño rebaño, a quien el Padre ha tenido a bien
darles el reino, porque han empezado a vivir los valores del reino.
Donde esta vuestro tesoro
allí estará tu corazón,
nos dice Jesús, si amas al dinero tendrás un corazón frió materialista
interesado, un corazón de piedra y de metal mezquino, y codicioso; pero si
pones tu corazón en Dios, tendrás un corazón tierno, servicial, cálido,
sensible y esperaras para recibir tu premio.
Dichosos los criados a quienes
el señor, al llegar los encuentre despierto, para esto hay que tener ceñida la cintura, es decir estar pronto a caminar y ha servir al que más lo necesita; y
encendidas las lámparas, que nos pide mantenerse despiertos y vigilantes, pues no
sabemos a qué hora vendrá el esposo, que si nos encuentra despiertos se pondrá a servir. Tenemos que estar en vigilia, es decir despiertos, que el mundo no nos adormezca, con
sus falsos valores, sus ruidos, imágenes, ideologías etc. que intentan hacernos
caer en la idolatría, y no tener una esperanza en el Señor, sino en lo que ellos
nos ofrecen; por eso hay que estar vigilantes y despiertos. Haciendo buen uso de nuestra tiempo que el Señor nos da, como le dice a Pedro, que tiene que ser un fiel administrador, para cuando él venga, en el
momento menos pensado, nos diga Dichosos a quienes han sido fieles administradores y solícitos, de lo que se les ha confiado, poniendo los talentos al servicio de Dios y de la Iglesia,,

Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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