“INVITA AL POBRE… Y SERÁS DICHOSO”
Jesús, es invitado en la casa de un fariseo que tiene gran prestigio, para comer, los fariseos observan a J,esús que no negó
la invitación del fariseo, en día sábado; él observa también a los fariseos,
que están ocupando los primeros puestos, buscando ser honrados y considerados
por la gente; pues es gente vanidosa, soberbia y orgullosa; al ver esto, Jesús nos
da dos enseñanzas por medio de parábolas: una sobre los convidados y otro sobre
el que convida, o el anfitrión, indicando
mi relación con Dios, conmigo mismo y con los demás.
Si te invitan siéntate en
el último sitio, no busques los primeros puestos, normalmente en esta sociedad, los valores
del mundo, son contrarios a los valores del reino; cuando a uno lo invitan,
siempre esta persona procura ocupar el primer puesto, porque tiene riqueza, poder, fama, prestigio, etc. todo ello, hace que sea orgulloso, soberbio, vanidoso, arribista, es enceguecido y queda ensordecido, no quiere escuchar, solo quiere escucharse a sí mismo, busca que todo el mundo lo alabe, esta por encima de los demás, incluso ya no cuenta a Dios. Jesús cambia estos valores, porque tenemos que vivir, en pobreza, en humildad, incluso humillarse, siendo los mas "menos" en este mundo, él viene, a humillar al que se ha enaltecido; el mismo Jesús se humillo por todos nosotros, y nos pide a no tener las actitudes de algunos fariseos.
Buscamos ser
correspondidos, en este mundo mercantilistas, donde nuestra relaciones, están llena de intereses,
esperando siempre ser correspondidos, cuando uno invita, especialmente a los amigos, a la familia, a los vecinos ricos, incluso a las autoridades; siempre buscamos la dulce recompensa de un amor correspondido, lo hacemos por interés, como los escribas y
fariseos; buscamos una recompensa, tal vez, trabajo, ocupar un cargo político,
o de confianza, ser asesor, o una recomendación, así es este mundo; es
decir nuestras relaciones humanas se mueven en el mundo de la reciprocidad, en un mundo mercantilistas, donde buscamos siempre ser correspondidos, así es nuestro mundo, Dios no quiere eso.
La novedad de Jesús, te pide que: "Invites al pobre... y serás dichoso, porque no te pueden corresponder", los pobres, lisiados, cojos, ciegos, enfermos, son los marginados de la sociedad, que no te devolverán, ni te retribuirán por lo que estas haciendo, aunque el mundo te diga, que nada sirve lo que haces, porque estas malgastando tu fortuna; pero para todo cristiano, la caridad, es un amor gratuito, que dirige su atención en primer lugar al pobre, a ejemplo de Cristo Jesús.
Serás recompensado en el cielo, ese es tu premio, los pobres te pagaran cuando resucites, escucharás de Jesús que te dirá: "bendito a la casa de mi Padre,
porque cuando tuve hambre me diste de comer"... ¡Animo! Procura compartir tus
bienes con los más necesitados, sin esperar recompensa, aunque para el mundo
eso sería una locura perder tu fortuna terrenal, pero tendrá una gran reconpensa en el cielo, que nadie te la quitará, donde Dios te premiara, y ocuparas un gran puesto en
el banquete del reino de los cielos.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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