JESÚS NOS REVELA: ¡TENEMOS UN PADRE!
Jesús cuando ora, nos revela que tiene un trato intimo con su Padre, por eso los discípulos al ver que
continuamente oraba a su Padre, se quedan admirados por la plena confianza que
tiene a su Padre, su trato íntimo y profundo lleno de afectos y sentimientos
hacia su Padre; eso los asombra, ven en él que en su oración no hay nada de
aburrimiento, ni cansancio, ni tedio, ni rutina, ni fatiga; y al observar a
Jesús que tiene un amor tan profundo hacia su Padre, por eso se sienten
animados, quieren orar como Jesús, por eso le piden que les enseñe a orar,
como Juan enseño a sus discípulos, no quieren que oren como hacen los fariseos
que se llenan de tantas palabras, sino como lo hace Jesús que ora de manera humilde,
simple y sencilla.
Nos recuerda que tenemos
un “Padre”,
que al enseñarnos a orar, nos dice que debemos decir “Padre”. Notamos
que todo cristiano desde muy pequeño, ha aprendido a rezar el “Padre nuestro”,
pero que al pasar el tiempo lo hacen de manera automática, cotidiana,
repetitiva; rápida, y sin comprender; todo esto hace que la mejor oración sea
aburrida, tediosa y sin sentido, por eso
que nuestros jóvenes cuando lo rezan, no les dice nada. Jesús nos recuerda que
tenemos un “Padre”, y al decir que tenemos un Padre, nos hace caer en
cuenta que somos hijos de Dios, y como hijos debemos dirigirnos con
confianza única hacia nuestro Padre, teniendo un trato intimo con nuestro
Padre, que no es amenazante, y no nos va a fallar, debemos invocarlo con la fuerza
y el poder del Espíritu Santo, que hemos recibido, para poder decir; ”ABBA”.
Por eso nos dice, que si un hijo le pide a algo a su padre, siendo su padre malo,
le dará cosas buenas a sus hijo; cuanto más nuestro Padre, nos dará lo que
realmente necesitamos, porque somos sus hijos.
El “Padre Nuestro” es la
oración de la fraternidad universal, porque nos recuerda que somos hijos de un mismo
Padre, y también porque pedimos "en plural", para todos, como
verdaderos hermanos. En esta oración encontramos un hilo conductor: primero la
confianza íntima que tenemos o debemos tener hacia nuestro Padre, saber
dirigirse a él, como Jesús nos ha enseñado, que nos ha descubierto el rostro
verdadero del Padre; en segundo lugar
ser constante en la oración, sin desmayar, no caer en el aburrimiento…;
y finalmente la eficacia de la oración, que con seguridad el Padre dará cosas
buenas a sus hijos.
Pbro. Salvador A. Carrasco C.
“JUBILEO DE LA MISERICORDIA”
¡DIOS ES EL ÚNICO QUE
PERDONA TUS PECADOS!., SI ESTAS ARREPENTIDO.
1. Muchos
cristianos, incluidos algunos católicos, dicen que yo solo me confieso ante
Dios, y Dios me perdona. Pues no necesito decir o confesar mis pecados ante un
hombre.
¿Será verdad aquello?.
Contamos con muchos datos bíblicos, que Dios
siempre quiere contar con el hombre, para hacernos llevar su perdón.
A) En el Antiguo testamento, ya está
figurado el sacramento del Perdón.
¿Cómo?
Revisando las Sagradas Escrituras,
encontramos varios datos:
1. Nm . 21,7-8 “Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
-Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti, reza al Señor para que
aparte de nosotros las serpientes. Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor
le respondió.”…
Descubrimos que Dios cuenta con un hombre que es Moisés, que este intercede en
favor de su pueblo para que no siga el castigo, y se sigan muriéndose muchos
israelitas en el desierto. Por eso acuden a un hombre, pero este hombre es un siervo
de Dios, no es cualquier persona, donde Dios perdona a su pueblo, por medio de Moisés.
2. II Sam 12,13-14: “David dijo a Natán: - ¡He pecado contra el Señor! Natán
respondió: - El Señor ya ha perdonado tu
pecado, no morirás. Pero por haber despreciado al Señor con lo que has hecho,
el hijo que te ha nacido morirá…
También nos demuestra que es el Señor quien perdona el
pecado, y David, escucha este perdón de Dios por boca de un hombre que es un
siervo de Dios, no cualquier persona.
B) En el Nuevo
Testamento, es el mismo Hombre quien perdona el pecado. Este Hombre que es
Jesús, el ungido de Dios, tiene poder para perdonar.
¿De dónde viene el poder?
Leemos Lc 5,18-23: Unos hombres a un paralítico…lo
descolgaron con la camilla poniéndolo en medio, delante de Jesús. Viendo su fe,
le dijo: - Hombre, tus pecados te son perdonados. Los fariseos y letrados se
ponen a discutir….Jesús, leyendo sus pensamientos, les respondió: - ¿Qué están
pensando? ¿Qué es más fácil? ¿Decir: se te perdonan los pecados, o decir;
levántate y camina? Pero para que sepan
que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. El
poder viene de Dios.
¿A quién concede este poder?
A todos los apóstoles
y a sus sucesores, pues el poder continua, como en la vida civil, se
suceden unos a otros en el poder.
Leemos Jn. 20,22: “Al decirles esto, sopló sobre ellos y
añadió: -“Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados les
quedarán perdonados; a quienes se los retengan les quedarán retenidos”.
Jesús siendo hombre concede este poder a todos los apóstoles,
y este poder continua, que nadie os sorprenda que ese pode se acabó o terminó,
cuando murieron los apóstoles, al contrario, este poder continua en sus
sucesores, por eso dice San Pablo o los llama a los siervos de Señor: embajadores
de la reconciliación.
Difúndelo
urgente, para que todo creyente obtenga
el perdón de sus pecados mediante el sacramento de la confesión, que allí se
expresa la Misericordia de Dios.
Pbro.
Salvador Carrasco Castro
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