sábado, 9 de julio de 2016

DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C 2016

Posted by salvador on 7/09/2016 09:58:00 p.m. with No comments
¡HAY QUE SER MISERICORDIOSO!

Jesús nos da una gran enseñanza para ser misericordiosos, el letrado sabe y dice a Jesús lo que está escrito en la Ley, pero no sabe realmente quién es el prójimo, por eso Jesús le da una lección de humanidad al narrar la parábola del “Buen Samaritano”; para que caiga en cuenta quién es el prójimo.

Cuando amamos, ponemos límites, solo debemos amar a los nuestros, como son la familia, nuestros paisanos, a nuestro grupo religioso; pero no a los que han caído en desgracia, nos desentendemos, los marginamos, los juzgamos… buscamos razones para no atenderlos; no queremos comprometernos. Cuando el sacerdote y el levita representantes oficiales del “amo a Dios” en el sistema religiosos judío, pasan de largo, no quieren complicarse la vida con el herido, que ha sido asaltado y despojado; pues no es de los suyos, es un pecador que está viviendo su propia desgracia, se desentienden del él, su misma actitud demuestra que ese amor de Dios que representan es mentira y toda su existencia religiosa es un engaño. Esto también nos sucede a nosotros, queremos desentendernos, del niño y del joven que han caído en desgracia, su hogar ha quedado destruido por el divorcio de sus padres; del niño abandonado, de las mujeres que tienen que vender sus cuerpos, de los alcohólicos, de los drogadictos, de los que son víctimas de la violencia, de los marginados, de los pobres... Nos convertimos en leguleyos, porque observamos la ley, y condenamos al que ha caído en desgracia (pecado)  señalando con el dedo acusador, diciendo ya no se puede hacer nada, como el sacerdote y el levita.

Para el amor, no hay fronteras, el Samaritano es Misericordioso que nos da una lección de humanidad, pues aproxima al que ha caído en desgracias,   ya que el sacerdote y el levita, pasaron de largo; pero este samaritano es, considerado como un hereje, cismático, odiado por los judíos, está subiendo a Jerusalén, y al ver al herido, se detiene y baja de su cabalgadura,  se conmueve ante el que esta medio muerto, se aproxima y cura sus heridas, con vino y aceite, que simbolizan a los sacramentos, y lo sube a su cabalgadura y cuando llega a la posadera lo cuida toda la noche, y al día siguiente, da dos denarios al posadero para que lo atienda, hasta cuando vuelva. El Samaritano, no hace acepción de personas, ni busca las razones o no de su desgracia, lo más urgente para él, es atender al que está herido, que necesita urgentemente ser auxiliado, por que cayó herido, víctima de los bandidos que lo asaltaron en Jericó. Por eso debemos ser misericordiosos, con nuestros hermanos, sin hacer distinción de personas, raza, o religión.

Los padres de la iglesia especialmente Orígenes, y San Agustín, interpretan este pasaje del buen samaritano que es el mismo Jesús,  que manifiesta la misericordia del Padre; los ladrones son los demonios, el herido es  el hombre (Adán) es decir el Adán que cayó en pecado, y  quien le socorre es Jesús que baja de lo alto, para aproximarse hacia el hombre pecador. Y la posada es la Iglesia, y el pastor es el que cuidará del herido, hasta que vuelva Jesús.   

                                                                                                Pbro. Salvador A. Carrasco C.

JUBILEO DE LA MISERICORDIA DE DIOS

Jesús nos ayuda a caer en cuenta que hemos pecado. Por eso pongo un ejemplo bíblico, que nos ayudará a caer en cuenta que hemos cometido pecado:


¿El hombre puede caer en cuenta que ha ofendido a Dios?


Claro que si puede caer en cuenta, con la ayuda de Dios. Ponemos como ejemplo al rey David, (recomiendo leer  2 Sam. Cap. 11 y12 ss.) el poder lo encegueció,  no sabia que lo que estaba haciendo, no agradaba a Dios; es el profeta Natán enviado por Dios, le narro un hecho, y en un momento se enfureció David y le dijo a Natán: “Vive el Señor, quien hizo tal cosa merece la muerte, y pagará cuatro veces el valor de la oveja por haber hecho esto y actuado sin piedad”. Natán dijo a David: ese hombre eres tú… Dios te favoreció en todo, y así haces la maldad ante los ojos de Dios; David cayo en cuenta lo malo que hizo, por eso pide perdón a Dios de todo corazón, por lo malo que hizo, y lloró muchísimo. También tenemos el pecado que cometió el Rey Ajab (1 Rey 21,1ss) donde un profeta que es Elías le denuncia lo malo que hizo ante los ojos de Yavé. 
Ayudemos a nuestros hermanos, que a veces están enceguecidos o adormecidos por algo y que no caen en cuenta que han ofendido a Dios.


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