HAY QUE SER: “RICOS PARA
DIOS, Y NO RICOS PARA EL MUNDO”
En el mundo hay personas que son muy ricas, este mundo marcado por el consumismo, por el
materialismo, por el hedonismo, por el éxito en el mundo deportivo, comercial, intelectual,
artístico... han tenido la oportunidad
de amasar tanta fortuna, se han llenado de tanto dinero y de bienes; algunos
que aprovecharon dicha oportunidad, supieron guardar su fortuna, para asegurar
su futuro y pasar buena vida, disfrutando todo cuanto sea posible; el peligro de toda
riqueza, hace que se vuelvan codiciosos y avaros; no ven la riqueza como un don
de Dios, por eso no quieren compartir con los más necesitados, se han cerrado,
no quieren ser ricos para Dios, pero si ricos para el mundo.
Han acumulado tanta
fortuna, pero otros lo disfrutarán, la abundancia entorpece el corazón y el
alma; pues la persona que pone su confianza en la riqueza ha quedado vacío en
su existencia, está enceguecido y adormecido, no sabe para quien amasa tanta
fortuna, quiere tener más y más; y trabaja sin descansar, está sediento de
tanta riqueza, que solo ha nacido para hacer o ganar mucho dinero, quedando apegado y esclavizado a los bienes de este
mundo y cuando muera nada cargará consigo mismo, siendo rico para el mundo y no
rico para Dios ,serán otros los que disfrutarán de sus bienes.
“Guárdense de toda clase
de codicia”
dice Jesús,, un hombre dentro de la multitud le pide a Jesús, que le resuelva
el litigio por herencia que tiene con su hermano, diciéndole, que le dé parte
de su parte de herencia, para asegurar su futuro; pero Jesús rechaza ser juez,
y aprovecha este momento diciendo: “Guárdense de toda clase de
codicia”, añadiendo, que por más rico que sea uno en este mundo, la vida no
depende de los bienes. Las riquezas son temporales como nuestra vida,
pues la vida que viene de Dios, no se puede comprar, ni vender, ni asegurar la vida con tantos
bienes.
Jesús nos da la
respuesta, sean ricos con sus buenas obras, él es nuestra seguridad, como dice San Pablo, hay que aspirar los bienes de
allá arriba y no los bienes de abajo, como ciudadanos de reino de los cielos,
que consiste en saber compartir los bienes que recibes de lo alto, no siendo egoísta
pensando en uno mismo, ya que todo lo que obtienes ya sea, trabajando en la
ciudad o en el campo, el buen cristiano ve esa riqueza o fortuna como un don,
que nos concede nuestro Padre, por eso haz de compartir, con el que más lo
necesita, y no buscando acumular mucha riqueza, pues Dios no te hará faltar, y acumularas muchos bienes en el cielo.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
"JUBILEO
DE LA MISERICORDIA"
¡DIOS ES EL ÚNICO QUE PERDONA TUS PECADOS! SI ESTAS
ARREPENTIDO.
1. Muchos cristianos, incluidos
algunos católicos, dicen que solo debo confesar mis pecados ante Dios, y Dios
me perdona, por eso no necesito decir o confesar mis pecados ante un hombre.
¿Será verdad aquello?
Encontramos en las Sagradas Escrituras, que
Dios quiere contar con el hombre, para hacernos llegar su perdón. Hay varias
citas bíblicas en el Antiguo Testamento, solo ponemos algunas.
2.
En el Antiguo testamento, ya está figurado el sacramento del
Perdón.
¿Cómo?
1. En. Nm . 21,7-8 dice: “Entonces el pueblo acudió a Moisés,
diciendo: -Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti, reza al Señor
para que aparte de nosotros las serpientes. Moisés rezó al Señor por el pueblo,
y el Señor le respondió.”…
Descubrimos que Dios cuenta con un hombre que es Moisés, que este intercede en
favor de su pueblo para que no siga el castigo, y se sigan muriéndose muchos
israelitas en el desierto. Por eso acuden a un hombre, pero este hombre es un
siervo de Dios, no es cualquier persona.
2. II Sam
12,13-14: “David dijo a Natán: - ¡He
pecado contra el Señor! Natán respondió:
- El Señor ya ha perdonado tu pecado, no morirás. Pero por haber
despreciado al Señor con lo que has hecho, el hijo que te ha nacido morirá…
También nos demuestra que es el Señor quien perdona el
pecado, y David, escucha este perdón de Dios por boca de un hombre que es un
siervo de Dios, también no es cualquier persona.
3. En el Nuevo Testamento, es el mismo Hombre quien perdona el pecado.
Este Hombre que es Jesús, el ungido de Dios, tiene poder para perdonar. El
Sacramento del Perdón es una realidad.
¿De dónde viene el poder de perdonar los
pecados?
1. Leemos en Lc 5,18-23: Unos hombres a un paralítico…lo
descolgaron con la camilla poniéndolo en medio, delante de Jesús. Viendo su fe,
Jesús le dijo: - Hombre, tus pecados te son perdonados. Los fariseos y letrados
se ponen a discutir….Jesús, leyendo sus pensamientos, les respondió: - ¿Qué
están pensando? ¿Qué es más fácil? ¿Decir: se te perdonan los pecados, o decir;
levántate y camina? Pero para que sepan
que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. El
poder viene de Dios, y Jesús siendo
hombre sin dejar de ser Dios, tiene ese poder.
¿A quién concede este poder de perdonar los
pecados?
A todos los apóstoles
y a sus sucesores, pues el poder de perdonar los pecados, continua; así
como en la la vida civil, se suceden unos a otros en el poder.
Leemos Jn. 20,22: “Al decirles esto, sopló sobre ellos y
añadió: -“Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados les
quedarán perdonados; a quienes se los retengan les quedarán retenidos”. Jesús siendo hombre concede este poder de
perdonar los pecados a todos los apóstoles, y este poder continua; pero hay muchos que quieren sorprender,
diciendo que este poder se acabó cuando murieron los apóstoles; más bien este
poder continua, en sus sucesores, por eso los llama San Pablo a los siervos, embajadores
de la reconciliación. (IICor5,18).
Difunde urgentemente, para que todo creyente obtenga el
perdón de sus pecados mediante el sacramento de la confesión, que allí se
expresa la "Misericordia de Dios".
Pbro. Salvador Carrasco Castro
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