INVITADOS AL BANQUETE DEL REINO
Encontramos dos clases de invitados al banquete del reino; el pasaje bíblico, nos demuestra que los judíos, fueron los primeros
invitados al banquete del reino, pero no aceptaron, y otro grupo, que fueron
los del cruce del camino que fueron gente buena y mala, pero que si aceptaron
la invitación, y que estos somos todos nosotros, seamos buenos o malos que r
aceptamos la invitación a la fe.
Hay tres grupos que rechazan la invitación, que reaccionan distinto: unos son los indiferentes, que no les interesa nada; otros más les interesa los negocios d este
mundo, por los asuntos materiales; no es malo el preocuparse, por los asuntos
materiales de este mundo, pues por ello
no te condenas, pero el detalle es, que cuando más metido estén en el mundo
material, te va a resultar difícil aceptar el banquete del Reino de Dios; y
finalmente los que maltratan o asesinan a los mensajeros de Dios. Este es el
primer grupo, que es el pueblo Judío, que rechaza, el banquete de su Hijo.
Hoy también rechazamos el banquete eucarístico el Señor, porque estamos tan preocupados, en las cosas que el mundo nos ofrece, que
no es malo, el negocio, el deporte, etc., pero que al final están tan cansado, y
no tienes ya tiempo, por eso rechazan la invitación al banquete del Señor, que
se nos ofrece como cuerpo y sangre, para alcanzar la vida eterna.
Los que han aceptado la invitación, ya están sentados en la
mesa, para ser servidos por el dueño del reino, y estos son los pobres,
pecadores, y gente de mal vivir que han aceptado el mensaje de Dios. Son
personas que quieren en empezar una nueva vida en Cristo Jesús, son personas
que no quieren desperdiciar este banquete.
Hay uno que no está con el traje
de fiesta, pues son aquellos que no quieren
cambiar, piensan que todo es igual, no se revisten del traje de las buenas
obras de caridad; por eso será atado de pies y manos para ser arrojado al fuego
eterno, que no se acaba.
Su mensaje nos interpela a todos nosotros, estamos aceptando la invitación del Señor, al participar del banquete
eucarístico, reflejo, del banquete celestial,
o nos llenamos de tantas preocupaciones que nos hace rechazar el
banquete de las bodas de su Hijo.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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