sábado, 8 de julio de 2017

XIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A 2017

Posted by salvador on 7/08/2017 09:49:00 p.m. with No comments


¡EL MISTERIO DE AMOR, ES REVELADO A LOS PEQUEÑOS…!
Jesús lleno de alegría y jubilo, da gracias a su Padre, porque este misterio de amor, se ha revelado a los pequeños y humildes, que han acogido su mensaje, de la llegada del reino de los cielos, han aceptado su plan y su designio, que Dios tiene sobre los hombres; pero los doctos y entendidos, que eran los escribas y fariseos, conocedores de la Ley, hoy en día sería la élite de toda clase, han desautorizado o rechazado a Jesús y su mensaje sobre el reino de los cielos. No han dado crédito a sus enseñanzas, porque creen que lo tienen todo.

El Hijo de Dios, revela el rostro del Padre a los pequeños y humildes, manifestando su profunda  e intima relación con su Padre, que conoce a su Hijo; y que el Hijo conoce a su Padre, que es Señor de cielo y tierra; además también manifiesta la misión que le ha confiado su Padre, en favor del hombre. Los pequeños y humildes, reconocen al Padre celestial que Jesús les ha revelado. También es el mismo Jesús que nos manifiesta en su persona al Padre al decir:” Quien me ve a mí ve a mi Padre”.

El Hijo no revela los misterios de su reino a los sabios y entendidos, se refiere a los escribas y fariseos, conocedores de la Ley, que han cerrado su corazón al mensaje de Jesús y de su reino, desacreditándolo; no tenían un corazón bien dispuesto para acoger al Mesías y su mensaje; no es que este velado su mensaje, ni tampoco Jesús está contra la sabiduría que logra el ser humano; sino más bien, es el orgullo y la soberbia, de muchos de ellos que se creen autosuficientes, y que no necesitan nada de Dios, porque lo tienen todo. Muchas veces, esto se da en las élites religiosas, culturales, políticas... que quieren someter a toda la gente humilde, y que si no se someten son amenazados, sometiendo sus vidas a unas cargas muy pesados e insoportables. También son aquellos, que se presumen de tales, que piensan que con su mucho conocimiento pueden alcanzar toda la verdad; son los que el mundo considera grandes por razón de su ciencia e inteligencia, que tienen éxito, los que no tolerarían jamás ser pequeños. Es una triste realidad.

                                                  Pbro. Salvador A. Carrasco C.



"APRENDED DE MI QUE SOY MANSO Y
           HUMILDE DE CORAZÓN".

Vengan a mí los que están cansados y agobiados que yo los aliviare, los que están cansados de llevar esta carga impuesta por estos escribas, que obligaban a la gente sencilla, que tenían que cumplir los seiscientos trece preceptos, que ni siquiera estos escribas lo cumplían, por eso lo hacían insoportable; Jesús los invita a llevar su nuevo yugo, que es una carga ligera y liviana, que es cumplir sus enseñanzas, y su vida ejemplar; y a los que están agobiados por los pecados que uno comete y uno es victima de los pecados que otros cometen; Jesús viene a perdonar a todos los que acogen su mensaje, para estar aliviados; por eso Jesús, acoge a los pecadores, para liberarlos del pecado que los oprime, angustia y agobia.

Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, el ser manso no es sinónimo de ser sonso, que así entendemos, sino que ser manso significa, que reaccionamos muy lentamente a la persona que nos ha ofendido, sin reaccionar con cólera; Jesús nos da ejemplo de mansedumbre, al decirle al que lo agredió: "¿Porque me golpeas, dime en que te he ofendido?." Con ello nos invita a que no debemos reaccionar con ira y violencia. Nos invita  a ser humildes; Jesús fue el más humilde, lo tratamos como basura de los hombres... y todo lo hizo porque nos amaba tanto, indicando que la humildad es un servicio, en favor de nosotros, cumpliendo la misión que el Padre le había encomendado. Dios no quiere a los soberbios, orgullosos ni vanidosos, que reaccionan con violencia cuando hieren su ego. Que la Virgen María, una criatura tan humilde, no ayuda a cada uno a ejercitar la virtud de la humildad.

                                                      Pbro. Salvador A. Carrasco C.

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