sábado, 11 de marzo de 2017

II DOMINGO DE CUARESMA CICLO A 2017

Posted by salvador on 3/11/2017 08:43:00 p.m. with No comments




¡CONTEMPLARON, LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR¡

Jesús va al monte, y esta vez toma consigo, a sus más íntimos amigos, que nos representan a nosotros, como nos dice San Juan Crisóstomo: llevo a Pedro, porque ardientemente amaba al Señor, llevo a Juan por ser el discípulo amado y a su hermano Santiago, porque aceptó beber el cáliz… Los llevo a una montaña más alta, sin mencionarlos porque estaban cerca de Jesús, los demás no tuvieron esta gracia; Jesús empezó a transfigurarse, quedándose profundamente asombrados y emocionados, al ver la gloria de Dios escondida en su humanidad.

La carne pecadora contempla la gloria de Dios, un pedazo de cielo en la tierra, el paraíso vino a la tierra, dicha experiencia la tuvieron, Pedro, Juan y Santiago, que siendo pecadores, contemplan la gloria divina de Jesús en el monte, vieron que su rostro se volvía radiante como el sol y sus vestiduras se volvían resplandecientes como la luz, y se  aparecieron Moisés, el mediador de la Ley y Elías que simboliza a todos los profetas, ellos estaban hablando sobre la gloria de Dios, es decir de la cruz y de su pasión, dando testimonio que en él se cumplía todo.


Ellos contemplaron la Transfiguración de Jesús, estaban muy felices los tres, al ver lo más maravilloso en su vida; cual es, el "paraíso", Jesús quiere consolarlos, porque les anuncio que tenía que padecer…y morir. Pedro toma la iniciativa y dice a Jesús: “Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres haré tres carpas… Pedro decía esto, porque no quería que Jesús padeciese y muriese en Jerusalén, pero como nos dice Lucas, no sabía lo que decía.  No quiere volver estar en la tierra, quiere estar en su verdadera realidad, que es el paraíso, el hombre fue expulsado por culpa de Adán y Eva, por eso prefieren quedarse contemplando la gloria de Dios continuamente, sin que nadie supiese.

Una nube luminosa los envuelve y escuchan la voz del Padre, se llenan de miedo que les dice: “Este es mi Hijo el amado, escuchadle”, una nube los cubrió y escucharon la voz como un trueno, llenos de miedo cayeron rostro en tierra, en señal de adoración, en señal que deben hacer morir al hombre viejo; que a partir de ahora, deben escuchar a Jesús, responder a la elección y a su llamado que nos hace el Señor, dejándonos iluminar por Él que es la Palabra, como lo hizo Abrahán que escucho al ser elegido y llamado para dejar su tierra y parentela y marchar a otra tierra prometida. No podemos poner condiciones, dejemos que nos tome y caminemos con Él, y nos lleve al monte Tabor, para que seamos transformados, transfigurados, cada día, al ser configurados con Jesús, podamos transformar el mundo y extendiendo el reino de Dios y venciendo al mal.


                                                                            Pbro. Salvador A. Carrasco Castro

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