sábado, 4 de marzo de 2017

I DOMINGO DE CUARESMA CICLO A 2017

Posted by salvador on 3/04/2017 07:23:00 p.m. with No comments

¡ JESÚS… VENCIÓ AL TENTADOR¡

Jesús como todo ser humano experimenta la tentación y vence…, mostrando su total fide­lidad al plan del Padre y no desviando la misión que tenía; (no fue así con Adán y Eva…), por eso encontramos personas (y podemos ser nosotros) que fácilmente se dejan engañar por el tentador, que nos pinta muy bonito (el dinero, el poder, el placer, el éxito), para hacernos creer que es bueno, por eso fácilmente caemos en toda clase de tentaciones… La tentación es una prueba para conocernos realmente como somos, Jesús como humano venció al tentador, que intento por tres veces hacerle caer. Si caemos en tentación, cometemos pecado.

El demonio se acercó a Jesús cuando tuvo hambre, después de ayunar cuarenta días y con sus cuarenta noches, le propone a Jesús priorizar su hambre y que haga uso de su poder:  ”Si es Dios”, para que convierta las piedras en pan. En nuestra vida, se presentan situaciones muy difíciles, cuando estamos sin dinero y el hambre se acrecienta, por no tener trabajo, uno se ve en la miseria…son momentos muy difíciles, es ahí cuando el tentador, aprovecha esa situación del hombre, para priorizar lo material, haciéndonos olvidar del verdadero alimento espiritual; por eso Jesús le responde al tentador: Está escrito: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. No nos olvidemos, Dios siempre está con nosotros, es un Dios Providente que cuida de nosotros, no desconfiemos del él, que conoce nuestras necesidades. Cuidado muchas veces queremos lo fácil y dar gusto al cuerpo.

El Tentador  lleva a Jesús, a la parte más alta del templo, y le dice tírate, ahora usa las Sagradas Escrituras, diciendo a Jesús: Está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrá en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras”. El tentador, quiere que Jesús haga un exhibicionismo de su poder; también nosotros queremos, que Jesús haga grandes portentos, para creer en él, y podemos decir: “si eres Hijo de Dios”, tienes que mostrar tu poder, realiza ahora ya los milagros, que necesitamos ver. Jesús responde al tentador: “También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”. Jesús no se dejó convencer por el demonio, también, dejemos que Dios haga su obra en nosotros, Dios tiene un gran proyecto de amor hacia cada uno de nosotros, no con la violencia y abuso de poder, sino con amor.

Jesús venció al Tentador, al decirle: “Vete Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él darás culto”.  El Tentador, arremete con todo, lleva a Jesús a una montaña altísima y le muestra los reinos del mundo y su gloria, diciéndole: “Todo esto te lo daré si te postras y me adoras”. Muchas veces hacemos cosas muy sucias con el fin de ganar dinero, y empezamos a divinizar lo que tenemos, y somos, como: la egolatría, la tecnolatría... y cuantas divinidades que nos hemos creado, que adoramos, desplazando a Dios, por que nos llenan de dinero, desplazando a Dios a un segundo plano, y no nos importa el día del Señor.

El papa Benedicto XVI, enseña que en estas tentaciones se refleja la lucha interior de Jesús por cumplir su misión; y el núcleo de toda tentación, es poner a Dios en un lugar secundario o considerarlo incluso algo que ya no es necesario, que resulta molesto frente a lo que parece más urgente en la vida.

Venciendo las tentaciones, Satanás conoce las Sagradas Escrituras, las usa para hacer caer a Jesús, que está sólo en el desierto, debilitado, con hambre, sin trono, sin riquezas… pero Jesús le responde… al tentador, con expresiones lapidarias de las Sagradas Escrituras. Jesús nos muestra que divinizar lo material, el bienestar, el placer y el poder es algo fraudulento, que nos ofrece el tentador… Por eso es necesario estar unidos a Jesús para vencer toda tentación, descubriendo las propuestas engañosas del tentador y no caer fácilmente en tentación, respondiendo con un “no” al Tentador, y diciendo un ”si” a Dios, que nos libera, salva y sana.

                                Pbro. Salvador A. Carrasco Castro.

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