sábado, 15 de agosto de 2015

DOMINGO XX CICLO B 2015

Posted by salvador on 8/15/2015 09:20:00 p.m. with No comments


¡DE CREER, AHORA A COMER SU CARNE Y A BEBER…”

Jesús dijo:Yo soy el pan vivo bajado del cielo”,  frente al escándalo de los judíos,  Jesús va más allá,  al decir: “”el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo”. Ahora los judíos están más sorprendidos, no logran entender este lenguaje, solo se fijan en el pan material y no conocen la justicia divina de Dios. Jesús nos pedía que creamos en él, ahora.

 “Que si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no tiene vida en ustedes” Jesús es el pan que se nos ofrece como carne y ahora quiere que lo mastiquemos; ya que su carne, es verdadera comida; y su sangre es verdadera bebida; donde en  éste pan y éste vino se esconde la divinidad de Dios, que al comer su carne y al beber su sangre, nos da vida eterna por estar íntimamente unidos a Jesús.
 
Nos deja una prenda de amor, es un regalo llamado banquete eucarístico, signo de su presencia amorosa en medio de nosotros, donde significa muchísimo, pues  no solamente sacia el hambre y la sed de infinito…; también no es una rutina más, sino que es un encuentro con él, donde esta celebración tiene una carácter alegre, festivo y celebrativo, lleno de amor y de confianza, al recibirlo como dulce mangar.

Los efectos que produce cuando nos alimentamos de este dulce mangar del cielo, es que nosotros permanecemos en el Señor que dice: “el que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él” si queremos dar fruto es necesaria permanecer en él. Hay otro efecto tan admirable,  que dice: “Yo vivo del Padre”, “compara la unión que tiene con el Padre y que esta unión se va produciendo en nosotros cada vez más, profundamente, que incluso nos resucitará
.
Esta unión nos enriquece más que ninguna otra porque nos hace concorpóreos y consanguíneos de Jesucristo. Esto es, nos va endiosando, purificándonos, comunicándonos su vida inmortal. Los frecuentes encuentros con Él en la Comunión van transformándonos poco a poco, santificándonos. “Dándose a nosotros, Cristo reaviva nuestro amor y nos hace capaces de romper los lazos desordenados con las criaturas y arraigándonos en Él” (C.E.C. 1394).

                                  Pbro. Salvador Carrasco Castro

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