“YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA”.
“LÁZARO, VEN AFUERA”
Señor, tu amigo Lázaro
está enfermo” le
mandan avisar las hermanas de Lázaro a Jesús, pero Jesús se queda dos días, no
puede arriesgar su vida y se queda con una intención, para que los discípulos
vean la gloria de Dios y crean en él. El miedo no paraliza a Jesús, por eso va
a Betania, pero Lázaro ya había muerto; también damos muerte a nuestro corazón,
por eso estamos muertos, así, hay una persona que no puede sanarse, está muerto;
si no perdonas a tu hermano, a tu mujer o tu marido, también estás muerto; etc.
Jesús, conduce a las
hermanas al camino del gran progreso de la fe, de “creer en Jesús como el Señor de la
vida”. Las hermanas como los que los acompañaban no conocían bien a Jesús. Los
judíos estaban murmurando contra él, decían: “este que ha hecho ver al ciego,
¿no podría haber impedido que muriera éste?
Ven que Jesús está sollozando, se conmueve ante la muerte de Lázaro, por
eso les dice donde lo han enterrado; llora la muerte también de cada uno de
nosotros, porque algunos no quieren creer en él, que es el Señor de la vida y
de la Resurrección.
“Lázaro, ven afuera” es la Palabra que tiene poder de dar la
vida y esta Palabra es el mismo Cristo, por eso le dice a Marta: “Yo soy la
Resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto vivirá y el
que está vivo y cree en mí no morirá”. ¿Crees esto? Ella le contesto: “Si,
Señor: yo creo…” El muerto escucha el poder de la Palabra,
que lo levanta, y nos levanta, por eso grita en nuestra tumba: “Yo soy la vida
y Resurrección”. Dios no solo resucitará el cuerpo, sino también
dará vida a nuestro corazón, pues el pecado ha producido la muerte del alma,
que parece que nos sepulta para siempre, como dice San Agustín: "la mala costumbre
se hizo ley", que es muy difícil salir de ella estamos apretados por esa gran
piedra; pero el poder de la Palabra llega hasta el fondo de nuestra existencia
que nos levanta, por eso Dios tiene la última palabra. Jesús dijo: “Desátenlo
y déjenlo ir”. estas vendas son todos los lazos del pecado que tenemos que libéranos
porque producen nuestra muerte, que puede ser ya definitiva. Recuerda que Jesús
habla al muerto y el muerto escucha, que increíble poder de Dios, que el muerto
se levanta como dice el profeta Ezequiel.
Este acontecimiento tiene dos significados, por un lado, el plano superficial, que es el mundo material, la vida
temporal, donde estamos muy apegados, y que nos desvivimos por ello; y por el
otro lado, en el plano más profundo, que es la vida eterna que obtenemos por la
fe en Cristo, que no se acaba nunca, donde debemos esforzarnos, para no
perderla. Por eso la resurrección de Lázaro es un signo que Jesús resucitara
sin la ayuda de nadie, por ser el mismo Dios.
Si creemos en El,
tendremos vida eterna,
es una afirmación tajante, debemos mantener la fe en Cristo Jesús, pues en
estos últimos tiempos creemos en las cosas terrenales, que, por supuesto
debilitan nuestra vida espiritual, por eso le dice a Lázaro levántate, para que
viva una vida verdadera, donde Jesús nos reconstruye para obtener la vida
eterna, porque él es el Señor de la vida y de la muerte.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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