¡TU FE, TE HA SALVADO!
Los leprosos, son seres
humanos, que están muertos para la sociedad, marginados por su comunidad, por su
pueblo, no pueden participar de los cultos y sacrificios; están aislados, por
ser impuros, contaminados y contaminantes, que sólo esperan la muerte. Uno de
ellos, que es un samaritano, esta con lepra, es doblemente marginado por su religión y por su enfermedad.
Los diez leprosos, se
solidarizan entre sí, están
juntos por tener la misma enfermedad, ahora no están separados por sus creencias, ni por su
razón social, están desamparados de la sociedad, etc. La misma enfermedad que
todos padecen, (todos padecen la lepra del pecado) hacen que estén juntos, son solidarios, conscientes de sus limitaciones que les causa
la lepra, este pecado que nos afecta, y daña; ellos al saber que Jesús está cruzando
la frontera entre Galilea y Samaria, para entrar a un pueblo, camino a Jerusalén, los
leprosos tienen su única oportunidad y manteniendo la distancia, suplican
a gritos al maestro, diciendo: “Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros”.
Dios Misericordioso, se
compadece de los diez leprosos, que simbolizan a todos los pecadores, acá
Jesús no se acerca a ellos, simplemente les ordena diciendo: “Vayan y
preséntense a los sacerdotes”. Ellos
obedecieron porque tenían fe, y mientras se dirigían hacia los sacerdotes, se
sanaron los diez, como nos dice el libro del levítico, para ser reconocidos que
estaban limpios y puedan integrarse a su comunidad. Solo uno de ellos regresa hacia Jesús.
El samaritano, al verse sanado, volvió a Jesús que es la fuente de todo
don y le dio gracias; reconoce, que es el poder de Dios quien lo ha sanado, vuelve
a la fuente de todo don(regalo), que es Jesús, y entra en un camino de conversión, por eso alaba,
glorifica y se arrodilla ante Él, para
agradecerle por la sanación que ha experimentado en su carne. Cuantos nos hemos
olvidado de agradecer a Dios por todos los beneficios que Dios nos ha concedido y nos sigue concediendo; no
tenemos que ser ingratos, pues la gratitud, nos hace mucho bien, por eso Jesús
le dice al samaritano: "Levántate, “tú fe te ha salvado.
“Tu fe te ha salvado”, por
agradecer a Dios, obtiene la salvación integral, y Jesús
le pregunta: ¿dónde están los otros nueve?, ¿no eran diez los sanados?, por eso
Jesús le dice al samaritano, levántate tu fe te ha salvado, alcanzando la
salvación del alma y del cuerpo. Mientras los otros nueve no han logrado la
salvación integral, pues ha vuelto a su misma vida de antes, a lo que eran antes,
pensando que tenían todo el derecho de ser sanados, pues se han sanado, pero su
vida es la misma, sigue igual, no han cambiado en nada, por eso solo obtuvieron la
sanación del cuerpo.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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