LA FE, NOS PONE EN CAMINO Y SEGUIMIENTO.
Los pobres tienen nombre, por
eso Marcos menciona a Bartimeo, que es ciego, está al borde del camino pidiendo
limosna, vive en la oscuridad; abandonado de su familia y de sus amigos; en tiempo de los judíos, los
enfermos… como los ciegos eran
marginados, hombres que no se les tomaba en cuenta, porque ellos o sus padres
habían ofendido a Dios. Bartimeo era uno de ellos, que sufría la marginación.
Hombre incapacitado, invidente, impotente, humillado por mendigar..
Jesús está en camino a
Jerusalén y Bartimeo tiene la única oportunidad, que ha tomado conciencia de su ceguera; él es nuestro espejo, que también tenemos
que tomar conciencia de nuestra ceguera. Cuantos hemos quedado enceguecidos o
atrapados por el conocimiento humano, que todo lo quiere explicar; por los
bienes, que ponemos en ellos toda nuestra seguridad; por las ideologías, que
intentan resolver todos los problemas sociales, con una visión parcializada de la realidad; por toda clase de vicios, que nos hacen creer que somos felices, y nos enceguecen…por la ambición del poder, que nos hace creer que todo lo podemos hacer, no queremos contar con Dios… El ciego, al oír, de Jesús Nazareno que estaba en camino; (la
fe viene por la escucha de la palabra de Dios) empezó a gritar, pues lo veía con los ojos de su corazón y no
dudo en gritar, diciendo: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí”.
Era su única oportunidad, ya que Jesús pasaba por el camino, también nosotros,
debemos decir con un grito “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mi”.
Jesús se detiene al
escuchar la voz del ciego, que trataban de silenciarlo, regañándolo, por ser un
ciego pordiosero, no querían que se dirigiese a
Jesús; por perturbar su la tranquilidad…
él no se amilano, ni se achico, sino que se
puso a gritar más fuerte, a pesar que lo regañaba la gente. Jesús al escuchar la voz fuerte, se detiene en su camino y manda llamar al
ciego y la gente que lo regañaba, obedece a Jesús dirigiéndose al ciego que le
dicen: “Ánimo, levántate,, que te llama”, también nos dije a nosotros que
tenemos que dirigirnos a nuestros ciegos, y es nuestra tarea de decirles “Ánimo,
levántate, que el Maestro te llama”. El ciego dejando todo.. se acercó y Jesús
le dice:
“¿Qué quieres que haga por ti?” él le pide:
“Maestro que pueda ver”, eso fue
suficiente y era todo lo contrario de
Juan y Santiago que le piden ocupar o estar a un lado de su trono; por eso Jesús
le dijo “anda tu fe te ha curado” empezó a ver y recibió la luz de la fe, que
ilumina su existencia y da sentido a su vida. Hoy también Jesús nos dice: ¿Qué
quieres que haga por ti? tenemos que decirle a Jesús: “Maestro que pueda ver”,
para que salgamos de la ceguera.
Bartimeo al recibir este
don de la fe, se pone en camino y seguimiento,
camina
y sigue a Jesús que camina hacia Jerusalén. La fe en Jesús cambió la
vida de este hombre, pues lo dejo todo lo que tenía, la fe no lo conduce hacia
su familia o hacia sus amigos, todo lo contrario se pone en camino y sigue a
Jesús, que se dirige hacia Jerusalén, como varios discípulos que dejan todo
como su barca o sus bienes y se ponen en camino para seguir a Jesús. Nuestra
vida de fe es camino y seguimiento a Jesús, no podemos quedarnos al borde del
camino.
Encontramos
a nuestra Madre como modelo de camino y seguimiento, que ella nos ayude muchísimo,
para estar siempre en camino y seguir a Jesús.
. Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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