¡EL PLAN DE DIOS SOBRE EL HOMBRE Y
LA MUJER!
Dios tiene un plan para
el hombre y la mujer, el Génesis nos dice que el hombre estaba solo poniendo nombre a
los animales, pero no puede contar las maravilla de la creación a alguien, por eso Dios hace caer en un profundo
sueño a Adán…, y saca una de sus costillas para formar a Eva, que al despertar ve a su
compañera que le dice: Esta es carne de mi carne y huesos de mis huesos”, ese
es el plan de Dios, que los crea el uno para el otro, para vivir juntos. Pero por el pecado pone en peligro esta
relación, por eso le dicen los fariseos a Jesús, para tentarlo: « ¿Le es lícito
a un hombre divorciarse de su mujer?» Jesús les dice y que dice Moisés; le
contestan «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Diciendo
Jesús.
“Moisés permitió escribir
el acta de divorcio y repudiarla” por la dureza de vuestros corazones, ahora hay algunos que están forzando a que se cambie
el plan de Dios, como los fariseos, sobre el matrimonio, cuanta gente es dura
de corazón, e insisten que si se pueden divorciar, con ello destruyen el plan de Dios. Se separan
muchas veces por egoísmos, por inmadurez afectiva y emocional; por falta de responsabilidad, lo peor del caso
no han descubierto la riqueza del ese amor gratuito en Cristo Jesús, que debe
darse entre los esposos.
Dios no quiere el
divorcio y Jesús reafirma el
proyecto del plan de Dios como fue al inicio de la creación, y como nos dice el Papa Francisco: Lo más
hermoso de toda la creación, es cuando
Dios creó al hombre y a la mujer”. Ellos hacen presente la imagen de
Dios, son signo del amor de Dios y reflejan la alianza de Dios. Cuando el hombre se separa de su mujer, desfiguran
la imagen de Dios… y uno de ellos, o los
dos, caen en adulterio, que puede ser permanente; y no solo eso, sino que
también se destruye la felicidad de los hijos, su crecimiento espiritual, sicológico,
biológico, emocional, y afectivo. El
daño es muy grande.
Hoy tenemos la gracia, de
que muchos matrimonios que se han separado, han vuelto a unirse, reconstruyendo sus vidas, con la ayuda de
Dios, han comprendido que se necesitan, ahora quieren ser más responsables,
quieren tener espacios para amarse, comprenderse ayudarse, servirse, perdonarse,
ser compañeros de vida y sacrificarse el uno por el otro. Esta separación, los
ha ayudado a reflexionar mucho para unir nuevamente sus vidas, ya que el hombre
y la mujer se necesitan mutuamente…
. Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
¡VIVAN CON GOZO Y ALEGRÍA
VUESTRA ALIANZA, A LA QUE EL SEÑOR LOS HA LLAMADO!
LAS CARACTERÍSTICAS
DEL VERDADERO AMOR EXPONSAL:
1) Es humano, sensible y
espiritual al mismo tiempo. No es por tanto una simple efusión del instinto y
del sentimiento, sino que es también y principalmente un acto de la voluntad
libre, destinada a mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de
la vida cotidiana. (Leer Tob 7,8-17).
2) Es un amor verdadero y real, donde el hombre y la mujer no son cosas ni
objetos, sino personas, que manifiestan su verdad hacia el otro, y el deseo de
vivir en realidad su amor.
3) Es un amor “total” , totalmente se aman y comparten
generosamente todo, sin reservas indebidas o cálculos egoístas.
4) Es un amor perpetuo o
definitivo hasta la muerte, no se abandonan, se acompañan, hasta cuando la
muerte los separe.
5) Es un amor “fiel y
exclusivo”.
Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con
plena conciencia el empeño del vínculo matrimonial.
6) Es un amor complementario, donde se enriquecen en sus distintas
dimensiones, especialmente en su dimensión espiritual. No es una sumatoria,
como muchos tratan de entender, sino más
bien una gran riqueza, que juntos la descubren, porque cada día se van
enriqueciendo profundamente en todo sentido.
.
7) Es un amor “fecundo” que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas. Procuran ver los hijos como una bendición de Dios y no como una carga económica, cumpliendo el mandato divino. (Gen 1,28).
7) Es un amor “fecundo” que está destinado a prolongarse suscitando nuevas vidas. Procuran ver los hijos como una bendición de Dios y no como una carga económica, cumpliendo el mandato divino. (Gen 1,28).
8) Es un amor de amistad. El
verdadero amigo está en el hogar, después de Cristo. El amigo por excelencia es
Cristo que ha dado su vida por nosotros, porque su amor es y sigue siendo
gratuito. El amor del uno al otro es y debe seguir siendo gratuito, sin esperar
recompensa.
9) Es un amor de comunión, viviendo su alianza responsablemente, donde
el hijo descubre dicha comunión, entre su padre y su madre, siendo uno solo, es
decir son una sola carne.
10) Es un amor de donación y de
recepción,
se donan y reciben, cada día y en cada
lugar, renovando continuamente sus promesas matrimoniales.
11) Amor sacrificial y de
renuncia,
se renuncia a la familia, al egoísmo personal, y si es posible se sacrifica el
uno por el otro…
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