sábado, 10 de agosto de 2019

XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO C 2019

Posted by salvador on 8/10/2019 01:17:00 p.m. with No comments

ESTEN VIGILANTES Y ESPEREN AL SEÑOR”
 “

Ricos para Dios y no para el mundo, los ricos del mundo, son aquellos que se ahogan en sus riquezas, y ambicionan tener más, volviéndose codiciosos y ponen su seguridad en ellas; y los ricos para Dios, son aquellos que han puesto su confianza en el Señor, porque los bienes que obtienen lo ven como un don de Dios, y lo comparten con sus hermanos más necesitados y así acumulan un tesoro en el cielo, ni el ladrón lo podrá robar ni la polilla carcomer. El único bien para ellos es Jesús, por eso hacen buen uso de sus bienes y este es el pequeño rebaño, a quien el Padre a tenido a bien darles el reino.

Donde esta vuestro tesoro allí estará tu corazón, nos dice Jesús, si amas al dinero tendrás un corazón frio materialista interesado, un corazón de piedra y de metal mezquino, y codicioso; pero si pones tu corazón en Dios, tendrás un corazón tierno, servicial, cálido, sensible y esperaras para recibir tu premio,

Estad siempre vigilantes y en continua espera, serán  dichosos los criados a quienes el Señor al llegar de la boda, los encuentra despiertos y vigilantes, para que le abran la puerta; por eso hay que tener ceñida la cintura, que significa estar en camino y dispuesto a trabajar; y encendidas las lámpara, indica estar en vigilia, no dormir; que el mundo no nos adormezca; ni desear, ni tener, lo que los poderosos desean y tienen, ni quedar anclados en sus falsos valores, etc. que intentan hacernos caer en la idolatría, y estar apegados a los bienes terrenales de este mundo.  El dueño de casa debe estar también vigilante, tener ceñida su ropa y estar despierto para que cuando venga el ladrón, no permita que le roben en su casa; es estar preparado cuando el Señor nos llame. El administrador, que debe estar preparado para rendir cuentas, pue a ellos se les ha confiado, donde no deben ser buenos administradores, que el Señor les ha confiado para que diesen lo necesario a sus trabajadores, tratando bien a los que se les ha confiado; el administrados no tiene que ser malvado, ni holgazán… que para cuando venga el dueño, sepan rendir cuentas de todo ello. Dichosos a quienes se nos encuentra haciendo algo bueno, poniendo los talentos al servicio de Dios y de la Iglesia.

Somos peregrinos de la fe, porque marchamos a la patria verdadera y definitiva, gracias a un Dios bondadoso, omnipotente y siempre fiel,  que hace que no se apague esa luz, que es la fe en nuestras vidas, para que los siervos seamos buenos administradores de los tesoros que el Señor nos ha confiado;  sin dejar de ser peregrinos de la fe, esperando con ansia y con la certeza segura, de obtener el premio y no el castigo., como lo hicieron nuestros padres en la fe, como fue el caso de Moisés, Abrahán, que son modelos de fe y de esperanza.

                                  Pbro. Salvador A. Carrasco Castro

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