sábado, 3 de noviembre de 2018

XXXI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B

Posted by salvador on 11/03/2018 09:48:00 p.m. with No comments


"AMARÁS AL SEÑOR…" "Y AMARÁS AL PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO"

¿Cuál es el primer mandamiento? Le dice el escriba a Jesús, tiene buena intención de conocer cuál es el primer mandamiento; esta preocupación surge porque hay 613 preceptos en el libro de la ley, quiere saber, cuál de ellos es el más importante o primero. También, nosotros, debemos preguntarnos, cual es lo primero o lo prioritario en nuestra vida diaria. Jesús nos dará la respuesta.

“El primero es: "Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único."  Jesús, nos indica que no hay otro dios, que eso lo escuche bien Israel, su pueblo elegido, que no tiene que tener o fabricarse otros dioses, como muchas veces, creamos el dios dinero, el dios placer, el dios poder, el dios de la fama...por eso dice nos manda, que hay un solo Dios, un solo Señor. No podemos tener otros dioses, no podemos comparar los otros dioses con el Señor, pues es el único, nadie puede ser superior a nuestro Dios, y Jesús nos sigue diciendo:  

“Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón…” no son prohibiciones como nos muestra la Ley de Dios dada a Moisés, “No matar, no mentir…”; sino más bien va dirigida hacia una persona, que tenemos que amar a Dios, que está presente en Jesús el Hijo de Dios encarnado, que es Dios mismo, a quien tenemos que escucharlo, amarlo y servirlo, es decir que con todas las facultades que tiene el hombre, debe estar orientada para amar a Dios en intensidad y profundidad, porque se ha revelado en Jesús; porque Dios ha creado al hombre por amor, y para el amor. Este mandato, orienta la vida del hombre, porque es un ser llamado para amar, y no debe amar otras cosas que no son dioses.

“Amarás a tu prójimo como a ti mismo” es la otra dimensión horizontal del amor, que Dios nos manda, amar al prójimo, Procurando el bien del prójimo, que no pase necesidades ni apuros, defender la vida, defender la familia, proteger al huérfano, socorrer a las viudas…
Es difícil amar, al que nos ha hecho daño, amar a nuestros enemigos, a uno que no es de nuestra fe, amar a un musulmán, a un judío; pero si hemos tenido la rica experiencia de ser amados por Dios, amaremos sin miedo a estos hermanos, que también son hijos de Dios, pues tenemos un mismo Padre. Como dice San Juan, si decimos que amamos a Dios a quien no vemos, y no amamos a nuestros hermanos, a quienes vemos, somos unos mentirosos.

Jesús alaba al escribano, al decirle: “No estas lejos del Reino de Dios? los otros escribas, se quedaron admirados, por esta pequeña alabanza que le hace Jesús: “No estas lejos del Reino”. Nosotros estamos dentro del Reino, cuando realmente estamos amando a Dios y a nuestros hermanos, procurando su bien. También juagamos nuestra salvación si no hacemos el bien a todos nuestros hermanos sin ninguna distinción.



.                                              Pbro. Salvador A. Carrasco Castro   



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