sábado, 10 de marzo de 2018

IV DOMINGO DE CUARESMA CICLO B 2018

Posted by salvador on 3/10/2018 08:20:00 p.m. with No comments

  ¡DIOS NOS HA AMADO TANTO… QUE ENTREGO A SU PROPIO HIJO!


Hoy es el cuarto domingo de Cuaresma, es el domingo de la alegría, porque ya estamos próximos a celebrar el triunfo Pascual de Jesucristo.

“… Jesús dijo a Nicodemo: ... "Lo mismo que Moises elevó la serpiente en  el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo de hombre, para que todo el que crea en Él, tengan vida eterna”. La gente de Israel que hablaron mal de Dios y de Moisés, empezaron a morir por la mordedura de la serpiente que dejaba el veneno mortal. Moisés hizo una serpiente de bronce, por mandato de Dios; que, al ser elevada en alto, todos los mordidos por la serpiente, al ver la serpiente de bronce, no morian. Así mismo cuando el Hijo del hombre sea elevado en alto, todo el que crea en él tendrá vida eterna. Cuando el hombre ve este signo de la cruz y cree en Jesús, no morirá, porque Dios lo librará del pecado mortal y será sanado de modo integral y tendrá vida eterna. Cuantos necesitamos del perdón de Dios y ser liberados de toda clase de pecado que cometemos, para vivir según el proyecto de Jesús.

Dios nos ha amado tanto, nos ama y nos sigue amando, y no se cansa de amarnos; Dios Padre ha entregado por amor al mundo, a su propio Hijo, nada se ha reservado para sí; en Jesús se manifiesta el amor del Padre, que, es un amor muy perfecto, tierno, maternal, paternal, esponsal, misericordioso, fecundo y bondadoso, como nos dicen los profetas Oseas y Amos y Jeremías. Su amor por nosotros es gratuito, ya que nos ha creado por amor y para el amor, pero que muchas veces rechazamos este amor del Padre, al ser infieles; pero a pesar de ello, no cesa de amarnos, porque él es fiel; y nos espera continuamente, para que volvamos a sus brazos, como el hijo pródigo, donde  el padre no le echó en cara lo que hizo, ni le dijo para que has venido; sino más bien lo abrazo y lo lleno de besos.

El Hijo del hombre no vino a juzgar al mundo, sino, para que el mundo se salve por medio de él, pues el que cree en él no será condenado o juzgado; los publicanos, los enfermos, los humildes, los marginados… se acercaban a Jesús, y creían en él; estos eran los mendigos del amor de Dios, mendigos de su misericordia, mendigos de su bondad, mendigos de su perdón; y así un Dios amoroso, los perdonaba, los sanaba, los curaba, y los liberaba, desde su vida terrenal hasta la cruz.

Dios es amor, no nos condena, pues uno mismo se condena por no haber creído, en el amor de Dios, estos incrédulos rechazan la luz de Cristo, prefirien hacer las obras malas, y esperan la hora de las tinieblas, para hacer el mal, rechazando la luz que le hacer ver su iniquidad, por eso estos mismos se condenan, ya recibieron su juicio. El buen cristiano, actua conforme a la voluntad de Dios, haciendo siempre las obras verdadera, para gloria de Dios.

                        Pbro.  Salvador Carrasco C.    



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