sábado, 3 de febrero de 2018

V DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO B 2018

Posted by salvador on 2/03/2018 09:00:00 p.m. with No comments

  ¡JESÚS, QUIERE NUESTRO BIEN!

su obra continua.

Se compadece de la miseria humana, en la sinagoga se compadeció del hombre poseído, que lo libera del espíritu maligno; ahora se compadece de una mujer que esta con fiebre y postrada en cama; es la suegra de Pedro, no puede hacer nada, la fiebre le impide realizar su vida con normalidad. Cuanta gente en estos tiempos, sufren por tener una enfermedad que los tiene atados en la cama, o paralizados sin poder realizar alguna actividad; lo peor del caso es que algunas de las enfermedades son incurables, están desahuciados, esperando solo la muerte. Jesús conoce la fragilidad del  ser humano, por eso quiere nuestro bien, en todo sentido.

Jesús quiere el bien de la mujer que esta postrada por la fiebre, que al extender su mano sobre la mujer, al momento desaparece la fiebre, ella se levanta y se pone inmediatamente a servirlos. Jesús rompe todo esquema de comportamiento de los rabinos, que les resulta difícil acercarse a una mujer enferma, y no permitían que la mujer les sirviese; Jesús se acerca a la mujer con fiebre,  y queda liberada de dicha fiebre que no le permitía desplazarse por su propio hogar, Jesús permite que le sirvan, como también a sus discípulos.

Jesús continua con su ministerio anunciando y liberando, todos estos milagros de sanación y liberación que acompañan en su predicación nos indica que ha llegado el reino, que ha empezado la victoria del bien contra el mal; este mal que afecta a todo hombre que es víctima de diversos males que lo aquejan, Jesús va a cargar con todos nuestros males, devolviendo al hombre su verdadera imagen de Dios. Jesús como dice el Papa Francisco: “Jesús esta siempre en la calle”, donde va sanando a muchos enfermos, que venían al atardecer.

La Iglesia debe estar al servicio del reino, así como el hombre ha quedado liberado, de igual manera la mujer que quedo liberada de su mal, ella se pone al servicio del Reino, que es el mismo Jesús, donde Jesús no se detiene, sino va a otros pueblos a predicar y anunciar la llegada del reino de Dios, es decir anunciando la llegada del reino; la obra de Dios continua no se ha detenido, de esta forma la Iglesia continua con la misión que Jesús le ha confiado, una iglesia que debe estar libre de toda enfermedad, de toda posesión, para que pueda continuar con la misión que Jesús.


                                      Pbro. Salvador A. Carrasco Castro

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