¡LA ENTRADA TRIUNFAL DE JESÚS!
Al iniciar
la Semana Santa, o Semana Grande, seamos entusiastas “seguidores” de
Jesús. Hagamos triunfar a Cristo en nuestro corazón. Aprovechemos estos días, que
estamos en casa, sean días particularmente “santos”, para estar más cerca de
Jesús y de María, para hacer un acto de contrición perfecta de todos nuestros pecados
y cuando acabe esta cuarentena, podamos confesarnos rápidamente para recibir el
perdón de Dios. Jesús nos alienta para que subamos a Jerusalén, y toda la
iglesia aclamara a Cristo, como Hijo de David que viene en nombre de Dios; y
culminará hasta la cruz.
Los
ramos que llevamos en las manos son signo de paz y esperanza que deseamos “contagiar”
a cuantos nos rodean, los llevamos al hogar y los colocamos en un crucifijo o
junto a una estampa. El ramo bendito no es un amuleto o un talismán contra la
mala suerte. Su presencia nos ayuda a contemplar este gran misterio Pascual,
donde Jesús padeció y murió por nosotros; que frente a estas circunstancias, lo ponemos en
nuestras ventanas.
La
lectura de la pasión del Señor, nos advierte la relación de Jesús con su Padre
Dios y la relación de diversos personajes que participan en este drama único, del verdadero Mesías, que de alguna manera nos podemos
identificar o somos representados por uno de ellos. Ese es el trabajo personal que cada uno
podría realizar. Acá se podrá revelar como estas ante este Cristo que sufre, lo
has traicionado como judas, los has negado como Pedro, lo haz abandonado como los demás discípulos, te has
desentendido como Poncio Pilato, cuanto
más podemos decir. Pero esto nos ayuda a nosotros, por eso nos hacemos la
pregunta, que estoy haciendo por mi vida, vale la pena darse como Jesús por
amor a los hermanos, siendo útil, defendiendo al inocente…ayudando a los más
pobres dedicándote a ello; en fin, con que personaje me identifico. Como me ve Jesús
a mí y como lo veo yo a Él.
Lo que nos engrandece es que podemos ser como
Jesús, que tenía una íntima
relación con su Padre, en su oración agónica, que sudaba gotas de sangre, le pedía a su padre que le apartará ese sufrimiento que lo va a
atormentar… pero le decía que se haga su voluntad. Jesús nos manifiesta toda su
realiza en la cruz, es decir desde la cruz reina, y la cruz significa mucho
para todo cristiano, que es victoria, triunfo y salvación; pues toda la vida de
Jesús, fue cumplir la voluntad de su Padre, poniendo su vida al servicio
de todos hombres. No como este mundo,
que busca el poder, el tener y el placer y que en ello quieren mostrar toda su
realeza. Debemos seguir a Cristo pase lo que pase, sin miedo, sin temor, asumiendo
todas las consecuencias que la fe nos pueda acarrear, sin descuidar la oración profunda con nuestro Padre que es Dios como nos enseño Jesús.
Este
es el triunfo de Cristo que celebramos. Es el triunfo de la
Iglesia que, durante veinte siglos, ha manifestado el amor de Dios, aún en
medio de los errores y pecados de sus miembros. Este es el triunfo de los
seguidores de Cristo, que cargan su cruz de cada día y se esfuerzan por amar a
Dios y al Prójimo, para participar de su victoria que es la Resurreción de Jesús.
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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