APRENDIENDO DE LA SAGRADA FAMILIA
La Iglesia nos invita hoy a la intimidad familiar en que se desarrolló humanamente el Salvador
del Mundo. Siendo Jesús auténtico hombre –al mismo tiempo que era Dios- creció
como lo hace cualquier niño, necesitado del calor humano.
El niño Dios, necesita de un calor humano, sabemos que Jesús, siendo niño, era frágil, débil,
indefenso, inocente, y necesitado de la protección y cuidado de sus padres. Herodes,
temeroso de ser destronado, quiere darle muerte, a esta criatura indefensa, e
inocente. Por ser verdadero hombre, vive en el seno de una familia, aprendiendo
de ella lo más elemental para la convivencia humana, dejándose amar por unos
padres terrenales; al mismo tiempo se convierten esta Sagrada Familia, enmodelo
para la vida de los esposos.
José, el esposo de María y padre de Jesucristo, es un hombre justo, bueno, bondadoso, que dio
mucho ejemplo de sencillez, de responsabilidad, de trabajo, y de no ser
autoritario, sino de amar y proteger su propio hogar de los enemigos del Niño
Dios; para cumplir bien su deber de padre, está bien dispuesto a escuchar y
obedecer la palabra de Dios, para salvar al niño Jesús de la muerte, de manos del
Rey Herodes que es cruel y perverso junto con sus secuaces.
María esposa de José y madre del niño Dios, es dócil a José; sabe que tiene un buen marido, que la ama y no busca su
propio interés, ella es cuidadosa del hogar, pone el calor materno, guardaba
silencio, y se quedaba admirada de las cosas que decían de su Hijo. y las
guardaba en su corazón. Encargada de enseñar a su hijo como buena madre judía.
La verdadera familia cristiana son el reflejo de la
familia de Nazaret, donde el padre y madre,
protegen y cuidan de sus hijos, que son un regalo de Dios, de manera
responsable, transmitiéndoles la fe, acompañándolos en la misa dominical,
preocupándose para su formación religiosa, que conozcan la verdad de Dios y de
la verdadera Iglesia, que es la gran familia. Especialmente enseñándoles a orar
a sus hijos; sin descuidar su trabajo. La familia es conocida como Iglesia doméstica.
Los hijos, que realmente aman a sus padres, Dios los premia, pues, vivirán largos años, si respetan y obedecen a sus
padres, aceptarlos, y no avergonzarse de ellos, ayudarlos en su ancianidad.
La gran familia es la Iglesia católica, ya que desde que nos bautizaron formamos parte de esta gran familia, de
ella aprendemos muchas verdades, para amar a Dios y a nuestros hermanos y
caminamos juntos a la patria celestial.
Pbro. Salvador A. Carrasco
Castro