¡ORAR CON PERSEVERANCIA!
Momentos difíciles, nos
describe Jesús, una realidad, donde hay opresores y oprimidos, donde existe un
juez, que no teme a Dios, ni le importa las injusticias que se comete contra el
hombre; por eso la viuda, el huérfano y el pobre, claman su grito, continuo
hacia el cielo, esperando que Dios lo escuche, y llegue la justicia divina.
Jesús nos pide orar con
perseverancia, sin desanimarse, sin desfallecer, por eso nos relata la parábola de la viuda
y el juez injusto, ella continuamente fastidia a este juez malo, que no
teme a Dios ni respeta al hombre, y es corrupto, ojala que no hubiera jueces
corruptos, pero sabemos que los hay, a pesar de ello, la viuda, (indefensa, sin
ningún apoyo) el juez la echa de menos, pero ella insiste, fastidia, y es inoportuna, rompe toda barrera para
acercarse al juez, persevera, no se
desanima, no desfallece; es decir se la está jugando, pues quiere que le hagan
justicia. El juez, que es egoísta, y quiere tener tranquilidad, por temor a
recibir unos golpes de esta viuda, le hace justicia; la viuda ha logrado
conseguir que se le haga justicia. Eso nos pide Jesús, perseverar en la oración
sin desanimarnos, porque tarde o temprano será escuchada nuestra oración.
Dios que es nuestro Padre,
siempre nos escucha, así
a la viuda la mujer abandonada, sin apoyo, desprotegida dependiente totalmente
de Dios, también los niños huérfanos, los pobres, son los que no pierden
la esperanza, donde Jesús nos pide que perseveremos. Tenemos un Padre que
siempre nos escucha, aunque parezca que está en silencio, pero hay que tener la
firme convicción que no nos ha abandonado, a pesar de tantos, sufrimientos
…debemos tener la esperanza de que llegara la justicia divina de Dios.
¿Habrá fe, cuando Dios venga?, es una pregunta, que nos hace pensar si
tendremos fe, pues vemos que hay toda clase de injusticias, que no desparecen;
el hombre de hoy no debe claudicar ante tanto mal, ni siquiera hacer las paces
con la gente que quieren imponer su doctrina contraría a la que nos ha enseñado
Jesús. Habremos perdido la fe, pues parece que el mal nos está ganándonos…
Jesús ya nos advierte, y quiere que no perdamos la fe, ya que él está siempre
presente.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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