¡POR AGRADECER A DIOS, OBTIENE LA SALVACIÓN!
Los nuevos leprosos, son
los nuevos cadáveres andantes, de nuestra sociedad; y esto debido a nuestra lepra
que tenemos, que nos impide formar parte de la comunidad de los vivos, por eso
el leproso, está fuera de la ciudad, no participa de los cultos religiosos, no
forma parte de la comunidad, está aislado, como un ser cadavérico, es un ser
impuro, inmundo, contaminado y contaminante, que solo espera la muerte. Hoy en día hay nuevos leprosos, que son marginados,
repudiados, maltratados, insultados… estos son los pobres, los mendigos, los
sidosos, los que tienen cáncer terminal, los enfermos incurables, los
descartados de la sociedad que son los ancianos, por no ser útiles, etc. estos
son los nuevos leprosos de nuestra sociedad.
Se solidarizan entre sí, escuchamos, que ellos están todos juntos, por tener
la misma enfermedad, sin distinguirse por su creencia y origen, de su
pertenencia a un grupo; pues la lepra,
los une, y esto sucede cuando todos corremos el mismo peligro, por eso
se unen de manera solidaria y todos gritan al unísono a una sola voz:
“Jesús, maestro, ten compasión de nosotros”, sabiendo, que Jesús iba a entrar a una aldea, ellos se apresuraron, y a los lejos gritaron
fuerte, en una oración de súplica, esperando obtener la compasión de Jesús, y
se compadece, por eso los envía para que se presenten ante el sacerdote, según
el libro del levítico, para ser reconocidos que estaban limpios.
Por agradecer a Dios, el Samaritano obtiene la
salvación integral, al verse libre de su
lepra, reconoce, que es el poder de Dios quien lo ha sanado, por eso vuelve
inmediatamente a Jesús, reconoce, que es Dios, se arrodilla ante Él, para
agradecerle y adorarle, porque fue curado de la lepra; es decir alcanzó la
salvación.
Jesús le pregunta: ¿dónde están los otros nueve?, ¿no eran diez los sanados?, por eso Jesús le dice al samaritano: “Levántate y vete; tu fe te ha salvado”. Los que no agradecen a Dios, han alcanzado la sanación del
cuerpo, pero no del alma, y han vuelto a su vida normal. Esto sucede en nuestros días, pues quieren
solamente la sanación del cuerpo y no del alma; Jesús es claro viene a salvar
al hombre de manera integral y no a medias.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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