
EL BUEN
SAMARITANO
Un doctor de la ley pregunta
a Jesús: ¿Qué tengo que hacer para ganar la vida eterna? Se
trata de alguien interesado por la vida eterna. Está convencido que debe hacer
algo para alcanzarla, que la vida eterna no es algo que cae del cielo. Quiere
saber qué debe hacer para lograrla. Esto también nos interpela, si nosotros
estamos interesados por ganar la vida eterna, y que hacemos en esta vida para
alcanzarla. Por eso le pregunta a Jesús: ¿Qué debo hacer para ganar la vida
eterna?, Jesús le responde. ¿Que está escrito en la ley? ¡Qué lees en ella? El
doctor contesto que: "Amarás al Señor...Y al prójimo como a ti
mismo". El doctor de la ley, no quiere quedar mal, por eso le pregunta
quién es mi prójimo. (sabiendo que no debe amar a los samaritanos y a los
paganos, porque no forman parte de su grupo, son pecadores).

Para
el amor, no hay fronteras, el Samaritano es compasivo que nos da una lección de
humanidad, pues se aproxima al que ha caído en desgracias, que puede ser un familiar, amigo o
enemigo, pues no juzga ni hace distinción del que está herido, ya que el
sacerdote y el levita, pasaron de largo. El samaritano que iba a Jerusalén es considerado por los judíos, como un
hereje, cismático, odiado, repudiado; este al ver al herido, se
detiene en su marcha, se baja de su caballo y se conmueve y tiene compasión por el herido, que esta medio muerto, se aproxima, cura sus heridas, con vino y aceite, que
simbolizan a los sacramentos, y lo sube a su caballo, y cuando llega a la
posadera, les encarga que le cuiden, dejándoles dos denarios al posadero, hasta
cuando vuelva, no hace distinción de persona, ni busca las razones de su
desgracia, sabe que está necesitado de ayuda, cuando alguien cae en desgracia.
Por eso debemos ser misericordiosos, con nuestro prójimo sin hacer distinción
de personas, ni juzgarlas.
¿Qué
debo hacer? La respuesta le da Jesús: haz tu lo mismo, tienes que ser misericordioso y compasivo con el que ha caído en desgracia, sea
pecador o no, sea familiar o no, lo que importa es el amor por esta persona mal herida
y tal vez agónica que necesita ser curada, amada, y ayudada. Es la respuesta para
ganar la vida eterna.
Los
padres de la iglesia especialmente Orígenes, y San Agustín, interpretan este
pasaje del buen samaritano que es el ser Misericordioso, haciendo
ver, que los ladrones son los demonios, el herido es el hombre (Adán) es decir
el Adán que cayó en pecado, y quien le socorre es Jesús que baja de lo alto,
para aproximarse hacia el hombre pecador. Y la posada es la Iglesia, y el
pastor es el que cuida del herido, hasta que vuelva Jesús.
Pbro. Salvador A. Carrasco C.
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