EL PAN, ES UN DON Y SIGNO MARAVILLOSO DE DIOS.
Jesús manifiesta su profundo
amor a la muchedumbre, y la gente no lo dejaban,
porque estaban admirados de los milagros que hacía, curaba toda clase de
enfermedad, no hacia distinción de personas, pues siempre quería el bien de
todos ellos. Jesús no solo se preocupaba por la salud de la gente sino también
por su alimentación, pues sabían que estaban lejos de su hogar, y necesitaban
recibir un alimento; es decir manifestó una abundancia de amor hacia ellos,
pero Jesús sabía que ellos necesitaban algo más, pues solo se fijaban en lo
material o corporal.
Todo ello es como una
preparación para algo mejor.
El pan, es un don o signo maravilloso
de Dios, Jesús dice algo a Felipe para ponerlo a prueba, y este le responde
de manera irónica, que doscientos denarios no son suficientes para alimentar a
tanta gente; y otro apóstol que es Andrés, le dice a Jesús que aquí hay un
joven que tiene cinco panes de cebada y dos peces, pero ¿qué es eso para tanta
gente; pero Jesús, en quien se debe confiar, toma la iniciativa, teniendo el
poder como Dios, dice a sus discípulos: “Hagan que se siente la gente” como había
mucho pasto se sentaron unos cinco mil. Jesús tomo el pan, dio gracias y los repartió
entre los que estaban sentados, de igual modo hizo con el pescado, el signo de
repartir, indica alegría y gozo, y fraternidad, por eso ninguno moría de hambre
y todos quedaron bien satisfechos. Jesús nos da una gran enseñanza, que también
debemos compartir, para que nadie se muera de hambre, pues él no nos hará
faltar nada, sino que tendremos en abundancia para dar.
Jesús ordeno a los discípulos que
recogieran las sobras, que fueron doce cestos de canastos de pan, que
simbolizan a las doce tribus y a los doce apóstoles, y todo ello significa para
nosotros, que todos los que recibieron este pan quedaron bien saciados; también
es signo de abundancia, que Dios no hace faltar el pan que simboliza a todo
alimento; y que al recoger la sobras, es para que tengamos respeto por los
dones que Dios nos da, pues no debemos desperdiciar, ni acaparar, ya
que los pobres lo necesitan. Así aprendemos de Jesús.
Jesús rechaza todo título de
este mundo, ya que siempre cuando la gente está satisfecha, es la fuerza excesiva
de la gula, que quieren hacerle rey a Jesús, por eso Jesús se alejó, de la
gente; no quiere títulos, ni las dignidades que el mundo le ofrece; pues
algunos si quisieran esos títulos, o quisieran ganar votos, engañando a la
gente, cuando reparten algunos víveres a los pobres, pues no lo hacen por
caridad, sino para ganarse adeptos, y esos actos no agradan a Dios.
Reflexión: Ahora nos preguntamos, porque
buscamos a Jesús, deseamos que nos dé, algo material. Nos preocupamos que nadie
pase necesidad, que aprendemos de este gran signo que Dios nos ha manifestado.
Que es lo que Jesús quiere darnos realmente.
Pbro. Salvador
Carrasco C.
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