¡ENVIADOS, PARA
ANUNCIAR LA BUENA NOTICIA!
Jesús llamó a los doce, para estar con él, los llamó por su nombre a los que él quiso; y formar
el grupo de los Doce, para estar con él; vivir en pobreza, sin ninguna clase de
apegos; lo acompañan en su camino, son testigos de toda su actividad de enseñanza
y de todas sus acciones de poder; que realiza Jesús; es decir ser testigos de
todo lo que decía y hacía. Jesús quiere contar con ellos, no los descalifica,
conoce sus debilidades y defectos; los ha elegido, para confundir a los sabios
y poderosos, y los envía para que continúen con su misión.
Los envía de dos en dos, a los pueblos, dándoles
autoridad para expulsar los espíritus inmundos, los envía para anunciar el evangelio y expulsar demonios. El
hombre debe ser liberado de estos espíritus inmundos, que son fuerzas contrarias
a Dios, enemigas y destructoras del hombre, que lo atenazan, impidiendo la
realización del ser humano, que nos afectan muchísimo, como son los, crímenes,
abortos, etc. Por eso debe comunicar al hombre con palabras como con obras, la
realidad y el valor del reino de Dios, que es una fuerza benévola, para con el
hombre como portadora de salud y salvación. No es obra del hombre, sino es obra
de Dios. Por eso los que son enviados, no son itinerantes a título personal, sino
que van en nombre de Jesús, para liberar al hombre y ser portadores de un
anuncio gozoso y liberador.
Da algunas normas para que puedan evangelizar sin
dificultad, no
lleven dos túnicas, con ello les indica que deben ser transparentes, y que no
deben llevar una doble vida; no lleven alforja, ni dinero, con ello les indica
que deben confiar en Dios, como es el caso de Pablo, que su tarea era: “Hay de mí
si no evangelizará”, es urgente el anuncio de la Buena Noticia, y hay que
hacerlo de dos en dos, contando con un solo bastón, para el camino llegando a
todos los rincones. No hay que preocuparse en tener éxito, ya que es obra de Dios.
Quédense en una casa si los han acogido, es cuando se está formando una comunidad de fe, y han
empezado a vivir los valores del evangelio; no buscando ser importantes, porque
la persona más importante es Jesús; pero si en algún sitio no los escuchan y no los reciban, sacudan el polvo de sus pies. Jesús los prepara, porque también van a
tener la experiencia de ser rechazados como le pasó al profeta Amós.
Ellos salieron a predicar la conversión, echando demonios, y ungían
a los enfermos; todo eso lo realizaban por mandato de Jesucristo, indicándoles que
es necesario la conversión, que la gente conozca que es el pecado, que distinga
lo bueno y lo malo; para rechazar lo que no agrada a Dios, y a todo esto también
ungían a los enfermos y estos se sanaban.
La evangelización es tarea de todo bautizado y no solo
de un pequeño grupo, que en
este caso no solo sería de los sacerdotes, sino todos los bautizados, guiados
por el obispo o sacerdotes, que han sido elegidos, y enviados para que
participen de la misión de Jesucristo, como los apóstoles. Dios confía a unos
discípulos, y a cada creyente que ha sido elegido y enviado para que anuncien
la Buena noticia.
Pbro. Salvador
Carrasco C.
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