¡EXIGENCIAS PARA SEGUIR A JESÚS!
Amar a Dios sobre todo
amor humano, Jesús
quiere que seamos dignos de él, si realmente lo amamos, más que a nuestros
propios padres o a nuestros propios hijos. No nos está pidiendo que dejemos de
amar a nuestros padres o a nuestros hijos o a nuestra familia; Jesús no quiere
destruir el entramado familiar, sino más bien nos pide que debemos amar a Dios
por encima de todo amor humano; y si la familia es un obstáculo para amar a
Dios, debemos priorizar el amor a Dios por encima de la familia, donde con
dolor se tiene que romper todo lazo o cadena que nos impida amar a Jesús. San
Agustín nos da una gran enseñanza, si tu amigo te conduce a Dios, debes amarlo,
sino no te conduce a Dios, es porque te está conduciendo a tu propia
condenación; esto es también para la familia, especialmente para todos los que
ha experimentado el amor de Dios, donde Jesús les ha confiado la misión de anunciar
la buena noticia a todo hombre, para que conozcan el amor de dios y alcancen la
salvación.
“El que no toma su
cruz, no es digno de mi”, la cruz simboliza el dolor, sufrimiento, el rechazo, el desprecio,
la perdida de trabajo por ser fiel a Dios, la marginación, la burla de sus
amigos, lo tratan de oscurantista, retrogrado… así son tratados por personas
que se han apartado de Dios, pero a pesar de ello llevan esta cruz por ser
fieles al Señor. No es la cruz por la cruz, sino más bien es la cruz que uno
carga con paciencia por amor a Jesús.
“…el que pierda su
vida por mí la salvará”, el mundo quiere que malgástenos nuestras vidas, cumpliendo sus
doctrinas, que continuamente nos anuncian y nos ofrecen, como son: hay que
triunfar en este mundo, tener grandes éxitos; ser inteligentes para prosperar
en el negocio, adulterando el producto; ser un gran millonario; tener fama y
ser un gran ídolo, para que mucha gente lo adore al llenarse los estadios o
coliseos; podemos decir: "Que todo vale, para tener éxito y triunfar en
esta vida". Jesús realmente nos pide que desgastemos nuestra vida por amor
a Él; que siempre nos pongamos en camino con nuestros hermanos de fe, para que
anunciemos a Jesús, que anunciemos el evangelio de manera clara e integra al
mundo, para que el pecador se convierta y cambie de vida, eso hacen los que
realmente aman a Dios incluso hasta perder su vida por amor a Dios.
Quien me recibe a mí,
recibe a mi Padre, y nadie quedará sin recompensa, cuando se recibe a un apóstol, se recibe a
Jesús; es decir, si un miembro de la familia acoge a un siervo de Dios en su
hogar, como la Sunamita que acogió a Elíseo, entonces está acogiendo el mensaje
de Jesús, y esta familia recibirá la bendición de Dios, y también recibirá su
recompensa. Jesús nos dice si se acoge a un profeta, o a un justo, se tendrá la
recompensa de un profeta, o de un justo; incluso cuando se dé a beber agua a
uno de estos pequeños, tendrá una gran recompensa.
Pbro. Salvador Carrasco C.
0 comentarios:
Publicar un comentario