VERDADERA COMIDA Y VERDADERA BEBIDA
Se desconoce la riqueza de esta gran fiesta solemne, del Corpus Christi, debido a que ha existido una
fuerte influencia de un mundo fuertemente secularista y materialista;
observándose, que ya no se hace la verdadera adoración a Jesús Sacramentado,
porque piensan que es una simple idea, otros creen que se les ha impuesto esta
creencia. Todo creyente, no debe dudar de la Palabra de Dios. Jesús prometió
hacerse presente en medio de nosotros, bajos las especies de pan y de vino, que
se ofrece como verdadera comida y verdadera bebida.
Hay una verdadera presencia real de Jesucristo, en la Eucaristía, pues Jesús ha prometido quedarse
con nosotros hasta el final de los tiempos; es ahí en donde descubrimos la gran
riqueza del Corpus Christi, donde Jesús está realmente y verdaderamente
presente en la Eucaristía, bajo las especies de pan y de vino. Es el mismo
Jesús que ha nacido, está presente en la Eucaristía; es el mismo Jesús, que
sana a los enfermos, expulsa a los demonios, se acerca a los pecadores, perdona
los pecados; y se nos dona verdadera comida y verdadera bebida, y no es otro
que se ofrece como alimento verdadero.
“Yo soy ese pan vivo que ha bajado del cielo, el que coma de este pan
vivirá para siempre” los judíos
no pueden comprender este lenguaje, por eso se preguntan ¿cómo puede éste
darnos a comer su carne? que les era muy duro este lenguaje para los judíos;
pero Jesús les vuelve a decir: “el que coma de este pan y beba de esta sangre
tendrá vida eterna”.
Verdadera comida y verdadera bebida, Jesús nos ofrece su cuerpo y su sangre, si comemos su
cuerpo y bebemos su sangre, Dios vive en nosotros y nosotros vivimos en Dios,
esa es la vida eterna que nos da Dios; cada día nos asemejamos a Jesús, su
carne y sangre nos transforma, nos vivifica, nos fortalece, y nos hace entrar
en comunión y en unidad. Por eso la Eucaristía es signo del misterio de amor,
es signo de comunión con Dios y con los hermanos; la Eucaristía es acción
de gracias a Dios, por eso Dios completa su obra en cada uno de nosotros que lo
recibimos.
Hermanos, Cristo fue muy claro: "Yo soy el Pan vivo bajado del cielo.
El que coma de este Pan vivirá eternamente. Separados de mí, nada pueden
hacer, dice Jesús.
Pbro. Salvador A. Carrasco C
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