¡CONVIÉRTANSE, PORQUE ESTA CERCA EL REINO DE DIOS!
Una nueva figura bíblica
en este tiempo de adviento es el de Juan Bautista, recordemos, que el
adviento es un tiempo de espera, alegre y gozosa, donde nos preparamos, para la
segunda venida del Señor, que establecerá su reino de manera
definitiva. Esta preparación consiste en estar despiertos y vigilantes. En este segundo domingo de adviento, surge la gran
figura de Juan el Bautista, que nos invita a la conversión de vida, y
esto forma parte de nuestra preparación, porque el reino de Dios está cerca; además
también nos preparamos para celebrar un gran acontecimiento, cual es el
misterio del nacimiento del niño Dios.
Juan vivía en el
desierto, y su vestido era como la de Elías, un vestido no suave,
ni delicado, sino de cilicio fuerte, áspero y que le mortificaba el cuerpo más
que le abrigaba, para que así pudiese decirse de la virtud de su alma lo que
del vestido de su cuerpo, tenía un ceñidor de piel rodeaba su cintura; su alimento era de miel silvestre y langostas..
Juan
Bautista, nos pide: "Conviértanse, porque esta cerca el reino de Dios", por eso recorre
toda la región, no tiene miedo de dirigirse a toda clase de gente, invitandolos a
una conversión radical de vida; no tiene reparo, cuando se dirige a
los fariseos y saduceos, que se acercan, les dice su verdad: “raza de víboras”
porque no están dispuestos a convertirse, ya que solo para ellos la conversión, era solo de mente, ponen su confianza y esperanza en la
descendencia de Abrahán, en cuanto que pertenecen al pueblo elegido; están
seguros de que Dios, por méritos de sus padres, les concederá la salvación.
Juan pone en duda esta falsa seguridad, con dos imágenes: la del árbol y la del
fuego, en este sentido la exigencia de Juan, es que todos tenemos que cambiar radicalmente,
interiormente y exteriormente. Deben dar signos de
conversión, por eso les dice: ya llega el juicio divino de Dios, que pondrá el
hacha, sobre el leño y arrancara de raíz a todo árbol malo. Si el árbol no da
fruto, será arrancado, y echado al fuego; por eso también nosotros, tenemos que convertirnos y dar frutos de
verdad.
La otra gran misión
de Juan Bautista es proclamar la venida del reino de Dios, es el primero que
anuncia la llegada inminente y definitiva del reino de Dios, donde los que se
han convertido, están ya disponibles para formar parte del reino de Dios. Juan,
proclama la llegada del Mesías, vislumbra la presencia del reino de Dios, que
en Jesucristo se inaugura.
Finalmente, Juan realizaba el bautismo de agua, que indicaba que la persona reconocía y confesaba su pecado, éste al
sumergirse en el río Jordán era purificado; y empezaban a
vivir su conversión; pero Juan sabía muy bien que
detrás de él, venia uno que es superior a él, que los bautizará con el Espíritu de verdad con el
fuego de su amor, donde serán hijos de Dios.
Pbro. Salvador A. Carrasco Castro
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