sábado, 5 de septiembre de 2015

DOMINGO XXIII TIEMPO ORDINARIO CICLO B 2015

Posted by salvador on 9/05/2015 11:59:00 p.m. with No comments

¡EFFETÁ!


Jesús está en tierras paganas, esto le permite llevar el mensaje de salvación a los gentiles, por tanto su reino tendrá un alcance universal; y no quedaría limitado solo a un pueblo elegido. Le presentan un sordo mudo a Jesús, tiene un defecto fisiológico, pero en la mentalidad Judía, este hombre, ha recibido el castigo de Dios, por sus pecados; quedando marginado de la comunidad judía; le piden a Jesús que le imponga las manos.

Jesús tiene interés por cada uno de nosotros; a este sordo mudo, que no puede oír, ni hablar fácilmente, por tener un defecto natural, también puede ser uno de nosotros que no queremos oír ni hablar… Jesús se acerca a él, llevándolo aparte, expresa su compasión y afecto hacia el sordo mudo, podemos decir también, hacia cada uno de nosotros; y realizando unos gestos..., que en la antigüedad se usaban, era para indicarle si quería ser sanado, es decir si quería ser salvado. No era necesario usar las palabras como hacia en otros milagros.

Mirando al cielo, y dando un suspiro, le dijo EFFETÁ,  que significa “ÁBRETE” al momento  se le abrieron los oídos y se le soltó la lengua;  frente aquel hecho el hombre sano. Este milagro hizo que el sordo escuchase la palabra de Dios, y proclame la fe en Jesús, todo ello significa que era necesario que, también los paganos conozcan la Palabra de Dios, anuncien y divulguen la Buena Noticia, pues cuanto tiempo estuvieron sordos a la palabra de Dios... por eso tenemos que pedir al Señor, que nos sane de nuestra sordera, que queremos escuchar la palabra de Dios, y que nos sane de las ataduras de la lengua, para anunciar con valentía diciendo de Jesús: “Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos

¿Cuántos sordos y mudos hay en nuestra sociedad? muchos de ellos son burlados, marginados, maltratados, engañados, excluidos de su comunidad, y no son fácilmente escuchados. En las familias, hay también sordos y mudos, han perdido la comunicación, a pesar del adelanto de todos los medios de comunicación social, pero no se hablan, están callados, ensordecidos, no se escuchan, esto es el intruso de la casa que no permite realizar el dialogo las familias.

Pidamos a Dios, que habrá nuestros oídos, suelte nuestras lenguas para podernos comunicarnos los unos con los otros.., y escuchar su palabra de vida, y hablar de Dios a cuantos todavía no lo conocen, para que por la escucha de la palabra, tengan fe. 

                                       Pbro. Salvador A. Carrasco Castro


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