¡SER
EL ÚLTIMO Y SERVIDOR DE TODOS!
Jesús instruye a sus discípulos,
anunciándoles que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres…
Jesús
quiere estar solo con sus discípulos, trata de no encontrarse con la gente, porque
lo buscan por otros intereses…, y también porque quieren hacerlo rey. Por
segunda vez, les vuelve anunciar lo que le va a suceder al Hijo del hombre…,
pero no le dan importancia, o no quieren entender, por estar preocupados en sus
propios intereses egoístas; todavía están
sordos y mudos.
En Cafarnaúm Jesús les
pregunta, de que discutían en el camino, pues, sabía que había una agría discusión
entre ellos, de quien será el más importante…, eran egoístas, celosos
y ambiciosos; buscaban sus propios
intereses, como Pedro. Así es el pensamiento del mundo, que nos ofrece muchas
oportunidades para ser los primeros y los más importantes, a como dé lugar, no
me importa mi hermano o el otro, pues lo que más me importa es llenarme de éxitos,
de títulos, de honores de fama, es decir: del tener, del poder y del aparecer
el más importante.
Los discípulos estaban
perdidos, porque
no entendía lo que Jesús les había enseñado,
lo que le va a suceder, cuál va a ser su destino, por ser fiel a su
Padre;, y son los riesgos que cada discípulo tiene que sufrir o correr por ser fiel; pero no quieren
comprender , pues sólo pensaban en un mesianismo político, querían ocupar un
puesto más importante..
Jesús nos plantea algo totalmente distinto,
a los doce: ser el último y servidor de los demás, Jesús nos da la clave, si quieres ser el
primero en todo y ser el más importante, tienes que ser el último y servidor de
los demás, así serás un gran líder del Reino de Dios; y algo más,
que el sufrimiento que tengas, debe ser por razón de tu fidelidad a Dios
y por la coherencia de tu vida, y no por otras razones. Los otros males que se
dan, hay que evitarlos porque Dios no quiere que sus hijos sufran, en esto los
instruía, sobre su pasión.
Jesús nos pide saber acoger y servir a un
niño, en este niño, en la
sociedad judía el niño no valía nada, era el menos importante, por eso nos dice
que tenemos que acogerlo, y también servir al pobre. Quien acoge a un niño me acoge a mí, y quien me acoge a mi acoge a mi Padre. Nos invita a defender, ayudar y proteger al menos desprotegido por esta sociedad.
Hoy salgamos contentos de
la casa de Dios,
porque no has venido a ser una figura prestigiosa que te mencione, sino más
bien, tomaremos la decisión de servir siempre a los demás, especialmente a los menos protegidos de esta
sociedad. Es la clave del éxito.
. Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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