¿POR QUÉ SON TAN COBARDES?
Los discípulos obedecen a Jesús que van
al otro lado de la orilla, a un lugar hostil, pero se embarcan con Jesús;
después de haberles hablado sobre el reino de Dios en parábolas que tiene que
crecer…. De igual manera nos pasa a nosotros, que estamos bien, nada nos
afecta, todo nos va bien y estamos tranquilos, escuchando sus sabias
enseñanzas, pero cuando se embarcan, llega el momento de la prueba, no sé, qué
les pasó, su barca estaba siendo sacudida, y parece que no se podrán llegar a
la otra orilla.
Llegada la prueba, la pequeña barca,
donde están los discípulos con Jesús, es fuertemente sacudida por el viento y
las olas del mar,
la barca se estaba llenando de agua y están a punto de hundirse… se llenaron de
miedo, de angustia de temor; el miedo de morir; de angustia, de no saber que
hacer frente a las fuerzas de la naturaleza; y de temor a lo peor que les pueda
pasar. Parece que la misión de esta pequeña embarcación va a fracasar, no van a
llegar a la otra orilla.
Jesús duerme tranquilamente, no porque este cansado, o haya anochecido,
él duerme con toda confianza por estar fuertemente unido a su Padre, confiando
en su señorío; mientras que los discípulos piensan en ellos mismos, tienen
miedo de morir y morir con él; por eso le dicen: “Maestro, ¿no te importa que
nos hundamos?”. San Agustín, nos ayuda a reflexionar esta parte, cuando nos
dice que si reaccionamos frente a una agresión, con violencia ahí está la
tempestad en tu corazón…tienes que despertar a Jesús que está dormido en tu
corazón, para que no reacciones con violencia, y caigas en pecado mortal, pues
él lo soporto todo por nosotros, no reacciono con violencia.
Porque sois tan cobardes? ¿Aún no tienen
fe? es fácil escuchar su
palabra, pero es más difícil comprometerse con él, pues no queremos correr el
riesgo de morir con él; es el camino que le espera a la iglesia, a la comunidad
y a cada creyente comprometido, cuando se presenta todo tipo de turbulencia,
como son: la violencia de las fuerzas de la naturaleza y las fuerzas del mal
(persecuciones, crímenes, abortos, injusticias...se dejan engañar
abandonando la pequeña barca que es la iglesia...por eso surge siempre la
pregunta: ¿dónde está Dios?) contra la iglesia, contra la familia, contra el
matrimonio, contra la niñez y la juventud; por eso les dice cobardes, no se han
fiado de mí, para superar toda prueba, yo no los he abandonado.
Asombrados los discípulos se preguntan
¿Quién es este que hasta el viento y el mar le obedecen?, cuando todo era bonanza, se quedaron admirados y
espantados, y se preguntaban entre ellos: “¿Quién es éste, que hasta el viento
y el mar le obedecen? Han visto y escuchado cuando Jesús increpo al viento
y enmudeció y callo al lago. Jesús manifiesta su dominio frente las
fuerzas cósmicas, incluso a las fuerza del mal actúan, por eso Dios las calla y
silencia y tiene dominio sobre todo. Todo ello nos invita que debemos seguir
hacia la otra orilla, él está presente, para que su reino se siga
extendiéndose, sabiendo todo lo que nos va a pasar como iglesia, como familia
comprometida, pero llegaremos a buen puerto con Cristo Jesús.
Pbro. Salvador Carrasco
C.
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