“ LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR"
Hoy celebramos la fiesta
de la Ascensión del Señor al cielo, ello tiene una connotación simbólica, así como el
pueblo de Israel estuvo cuarenta años en el desierto y llego a la tierra
prometida, así también el Señor estuvo cuarenta días con sus discípulo…, y
ahora se va al cielo para estar en la diestra de su Padre y ser exaltado.
La Ascensión del Señor,
no nos habla de un alejamiento de Cristo, sino de su glorificación en el Padre. Su cuerpo humano adquiere la gloria y las
propiedades de Dios antes de encarnarse. Con la Ascensión, Cristo se ha
acercado más a nosotros, con la misma cercanía de Dios. Es también una fiesta
de esperanza, pues con Cristo una parte, la primicia de nuestra humanidad, está
con Dios. Con él, todos nosotros hemos subido al Padre en la esperanza y en la
promesa.
En la Ascensión
celebramos la subida de Cristo al Padre y nuestra futura ascensión con él. Al celebrar el
misterio de la Ascensión del Señor, recuerda que el cielo es nuestra meta
y que la vida terrena es el camino para conseguirla.
Ligada a la Ascensión del
Señor, está el encargo del Señor a los apóstoles en este mundo, que Jesucristo comunica a sus discípulos
el deber de anunciar a todos los hombres el evangelio... De ahora en adelante
él obrará a través de ellos y de sus sucesores. Ellos tienen la increíble
misión de dar continuidad a la obra de Cristo. Esta misión sigue hoy vigente y
la Iglesia tiene el deber siempre de evangelizar y anunciar la salvación por
Jesucristo. La esencia de este evangelio es que “Jesús de Nazaret es Cristo el
Hijo de Dios” (Rm 10,9) y que en él tenemos la salvación y la plena revelación
de Dios. “El que ve a Cristo, ve al Padre”. Dios se ha manifestado, se ha
revelado al hombre y todo por amor. Es
Tarea y urgente de cada cristiano, que vaya a evangelizar de manera incansable
e infatigable.
Pbro. Salvador A.
Carrasco Castro
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