ES
VERDAD: ¡EL SEÑOR HA RESUCITADO!
Paz
a vosotros!, es la expresión de Cristo resucitado que
se apareció a los apóstoles, estando las puertas cerradas, donde los
discípulos estaban hablando que se les había aparecido el Señor y que lo
reconocieron en la fracción del pan, pues era él, cuando se dirigían camino a
Emaús, que también se había aparecido a Pedro, Jesús les da la paz, para que no
anden preocupados, que es el bienestar que Dios les da.
“Soy
yo en persona”. Él verdaderamente ha resucitado, es una novedad, es algo
totalmente nuevo, que escapa a toda comprensión humana, Jesús
ha pasado a una nueva manera de vivir, y apareciéndose en
medio de ellos, les da el saludo de paz, pues estaban de miedo
y turbados, por la sorpresa, piensan que es un fantasma; a ellos les
costaba creer en el Señor, porque para todo ser racional, la muerte es el
enemigo de todo ser viviente, y hay miedo; ante ella desfilan los niños, los
jóvenes…; y por tanto ella se alza triunfante y victoriosa, ese miedo les va
quitando. El resucitado les mostró las heridas de sus manos y pies, les dijo:
“Soy Yo en persona”, y para disipar sus temores, les permitió tocar sus heridas
corporales, llenándose de alegría y asombro, pues no acababan todavía
de creer lo que están viendo y tocando, además les pide si
tienen algo para comer, y le alcanza pescado; él lo tomo y comió
delante de ellos, pues para su propio asombro, era realmente Jesús,
que verdaderamente ha resucitado.
Hay
una nueva experiencia, con Jesucristo resucitado y glorioso, con
él todo se hace todo nuevo, empieza una nueva era, en la vida del hombre, él va
explicando a los apóstoles, que todo cuanto se dijo de él en las escrituras,
tenía que cumplirse, les va abriendo el entendimiento, para que comprendiesen,
y en su nombre se predicara la conversión y el perdón de los pecados
a todos los pueblos, hasta los confines del mundo.
Nosotros debemos ser testigos de su
resurrección, que el
Señor resucitado disipe también nuestras dudas, y creamos lo que nos anunciaron
los primeros testigos de la resurrección, que en su nombre se predicará la
conversión y el perdón de los pecados. Llenos de alegría y gozo, por creer en
el Señor resucitado, seamos portadores de la Buena Noticia, ser
evangelizadores, anunciadores de esta gran noticia, que en verdad es el
mismo Jesús terrenal que ha resucitado.
Pbro. Salvador
Carrasco C.
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