sábado, 12 de agosto de 2017

XIX DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A 2017

Posted by salvador on 8/12/2017 10:40:00 p.m. with No comments


¡SEÑOR, SÁLVAME!


“Están llenos de miedo y de temor, incluso dudan”, cuando la barca que simboliza a la Iglesia, está siendo fuertemente sacudida por la fuerza del mal, y Jesús que camina sobre las aguas, hacia la barca, ellos, creen ver un fantasma, y se llenan de miedo, gritan de temor, y dudan de él; pues para la mentalidad antigua, el mar era el lugar donde habitaban las fuerzas del mal, el reino de la muerte, amenazador para el hombre. Al “caminar sobre el agua” Jesús, manifiesta su poder divino, y nos indica que con su muerte y resurrección triunfa sobre el poder del mal y de la muerte, que nos amenaza y busca destrozarnos. Nuestra existencia, ¿no es también como una frágil embarcación, sacudida por las olas, que atraviesa el mar de la vida y que espera llegar a una meta que tenga sentido?

“Ánimo, soy yo”, Pedro al saber que es Jesús, le pide que caminase también sobre las aguas, y Jesús le concede participar del poder divino y acercándose hacia Jesús, esto, refleja situaciones que hemos experimentado también nosotros más de una vez, Jesús nos concede alguna gracia cuando le pedimos con fe… Pero hay algo que nos desconcentra y no miramos a Jesús sino en aquello que nos preocupa, por eso nos preguntamos: ¿Quién no ha visto, que muchas veces nuestros proyectos se han hecho agua, y no ha experimentado la tentación del desánimo o de la desesperación, frente a situaciones difíciles? ¿No podemos salvarnos del mal? ¿Cuántas veces decimos que la guerra esta pedida, ante la fuerza del mal que arrecian contra la Iglesia? En circunstancias así, debemos reavivar la fe y decir con el salmista: «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación» (Sal 85,8).


¡Sálvame Señor, que me hundo!, Pedro creía tener una fe clara y una fuerza muy consistente, pero «empezó a hundirse». Pedro había asegurado a Jesús, que estaba dispuesto a seguirlo hasta morir, pero su debilidad lo acobardó y negó al Maestro en los hechos de la Pasión. ¿Por qué Pedro se hunde justo cuando empieza a andar sobre el agua? Porque, en vez de mirar a Jesucristo, miró la violencia del mar que le hizo perder fuerza y a partir de ese instante, su confianza en el Señor se debilitó y los pies no le respondieron, por eso se hunde; por eso es urgente, que todo cristiano y la iglesia, tiene que estar anclada en alguien, ese alguien es Jesús; que nos tiende la mano como a Pedro, que se aferra firmemente a Jesús para no hundirse. Dios no nos ha olvidado, y como Iglesia podemos decir:

¡Señor, sálvanos de la fuerza del mal, después de su resurrección, el Señor no permite que su apóstol se hunda en el remordimiento y la desesperación y le devuelve la confianza con su perdón generoso! ¿A quién miro yo en el combate de la vida? Cuando noto, que el peso de mis pecados y errores me arrastran y me hunden cada vez más; y nuestra fe nos dice que él no se olvida de nosotros, por eso pido a Dios, que extienda su mano y me salve; que salve esta barca, que es la iglesia, en estos tiempos que hay también fuertes tempestades, que nos dan miedo y temor que nos paraliza, pero sabemos que Jesús no olivada a su iglesia, al decir: "Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos".

                                                        Pbro. Salvador A. Carrasco Castro


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