sábado, 2 de abril de 2016

II DOMINGO DE PASCUA CICLO C 2016

Posted by salvador on 4/02/2016 10:19:00 p.m. with No comments
¡LA PRESENCIA DEL ROSTRO MISERICORDIOSO DE DIOS!


Los apóstoles, estaban en un ambiente sepulcral, llenos de miedo, asustados, decepcionados, temerosos de morir y acabar como su Maestro; todo esto los paralizaba, por eso estaban con las puertas bien cerradas, para no caer en manos de las autoridades judías, y terminar como su Maestro, que fue ejecutado. Tampoco no dieron crédito al mensaje de las mujeres, ni a los dos discípulos, que les contaron que habían visto al resucitado. Hombres sin fe, cuando se pierde la fe estamos muertos, creándose un ambiente sepulcral, ese el peligro de la iglesia, cuando pierde la fe, y se encierra en sí misma, ante este mundo que pregona el libertinaje... El Papa nos pide que salgamos de estos lugares referenciales, anunciado al mundo, que Jesús está vivo y presente, que sepa que Dios quiere darnos una vida sin fin.

El rostro misericordioso de Dios se hace presente en Jesús resucitado, que se apareció a los apóstoles el primer día de la semana, se puso en medio de ellos y les dijo: “Paz a ustedes” mostrándolos las heridas de sus manos y de su costado, descubrieron que era él mismo, por eso se llenaron de alegría y de gozo; se disipó todo miedo y temor. La comunidad cobra vida, porque está presente el resucitado, desapareciendo ese ambiente sepulcral...

Dios es  misericordioso, soplo sobre ellos el Espíritu Santo y les da el poder de perdonar los pecados a todos los apóstoles, en ese  momento instituye el sacramento de la confesión,  donde todo pecador experimentara la misericordia de Dios, que no condena sino que perdona y el pecador, recupera la alegría de tener nuevamente a Cristo resucitado. Falto Tomas, los demás apóstoles le dijeron hemos visto al Señor, no se alegró...  y dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no lo creo". Estas heridas nos recuerdan el odio que desatamos contra el inocente y la muerte que le dimos, pero su amor fue más grande que nuestro odio y con su muerte venció nuestra muerte…

El resucitado se aparece nuevamente a los ochos días, todos estaban reunidos, les dijo: “La paz sea con vosotros” y le dijo a Tomás, acércate, pon tu dedo en las heridas de mis manos, y tu mano en la herida de mi costado, recién creyó  por eso, nosotros seremos felices si creemos en el rostro misericordioso del Padre, que esta presente en cada comunidad reunida en su nombre, aunque no lo vemos con estos ojos físicos. Tomas dijo:
 “Señor mío y Dios mío” es la expresión de Tomás el incrédulo, pero que tuvo la gracia de palpar las heridas de Cristo resucitado, desde aquel momento la Iglesia ha hecho suya esta afirmación de fe; “Señor mío y Dios mío”, que encierra una gran riqueza teológica, por eso Jesús nos dice a nosotros: “Dichosos los que creen sin haber visto”. Debemos saber que el resucitado está presente y cerca de nosotros.
 



            

                               Pbro. Salvador A. Carrasco Castro

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