sábado, 30 de abril de 2016

VI DOMINGO DE PASCUA CICLO C 2016

Posted by salvador on 4/30/2016 10:52:00 p.m. with No comments

SOMOS MORADA DE LA:

            “SANTÍSIMATRINIDAD

“El que me ama guardará mi palabra... El que no me ama no guardará mis palabras”.  Los verdaderos y auténticos discípulos, que han experimentado el amor de Dios, deben permanecer en ese amor y hacer presente la imagen de Jesús en sus vidas, que vean en cada discípulo otro Cristo, que a ejemplo de Jesús amemos a nuestros hermanos; con estas palabras de Jesús, está preparando a sus discípulos ante su futura ausencia física, porque dentro de poco ya no estará con los discípulos físicamente, por eso tienen que hacer presente la imagen de Dios en sus vidas. Si amamos como Jesús nos ha amado, estamos haciendo presente a Jesús en nuestras vidas.

Dios hace su morada en la persona que lo ama, se ve premiado con un regalo extraordinario. Dice al respecto Jesús: “El que me ama guardará mi palabra y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él”. Es un misterio que se llama la inhabitación de la Santísima Trinidad en el alma del justo. Si realmente cumplimos lo que el Señor nos manda, seremos cristianos auténticos, justos, buenos, almas en gracia de Dios, que nos esforzamos en cumplir, observando su palabra; pues sucede un prodigio extraordinario en nosotros: Dios viene hacer morada en nosotros y nos convertimos en morada de la Santísima Trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo habitan en nosotros. ¡Qué admirable don de Dios! Es un gran premio del que se fía de su palabra.

Jesús no miente, quiere que nos fiemos de Él y así obtendremos su  paz, que nos da a todos los que creemos en él, donde los problemas, y dificultades que nos pone el mundo, no nos quitaran la paz, porque es una paz profundamente interior, fruto de la justicia, que nadie se lo puede quitar, por esos sus palabras son verdad. La paz que Jesús nos da, está cargado de bendición y prosperidad espiritual, de tranquilidad en el alma, sabiendo todo discípulo, que no está solo, por eso no tiene miedo ni esta inmovilizado. Este mundo tan hostil, cada cristiano debe pedir a Dios que le de esa Paz, que tanto necesita.
                                         
                                      Pbro. Salvador A. Carrasco C.

sábado, 23 de abril de 2016

V DOMINGO DE PASCUA CICLO C 2016

Posted by salvador on 4/23/2016 10:28:00 p.m. with No comments
“COMO YO LOS HE AMADO”

Judas abandona el cenáculo, precisamente en la noche, donde las fuerzas del mal actúan, Judas apuesta por el odio y no por el amor, obra por la acción del demonio; a pesar de ello Jesús expresa su profundo amor por el pecador que lo va a traicionar; también nos ama a nosotros aunque lo tengamos que traicionar o negar a Jesús como lo hizo Pedro. No deja de amarnos, cuando se inicia la fuerza del mal Jesús dice:

“Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre"..., justamente cuando Judas abandona el cenáculo, para cometer su traición, en ese momento Jesús nos revela su verdadera identidad,  que siendo Hijo de Dios, va a dar su vida por nosotros que estamos perdidos, muriendo en la Cruz, para manifestarnos el verdadero amor que Dios Padre nos tiene, y al resucitar su Hijo, que es glorificado. También en la última cena esta conmovido, porque le queda poco tiempo para dejar a los suyos, pues pronto va a morir, y les va a dejar una herencia cual es: El mandamiento Nuevo del amor.

Les doy un mandamiento nuevo, no es una obligación, sino que es la novedad que quiere que vivamos, donde lo nuevo, supera lo antiguo, que dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”( Lev 19,18),  que en el fondo se aman entre ellos, no amando a los extraños, ponen barreras infranqueables a los que no forman parte de su grupo o del pueblo judío.

La novedad del mandamiento nuevo, es que todo lo recrea, hace nuevo las cosas, supera lo viejo, como el odio, la mentira, el crimen, que son noticias que diariamente recibimos, y que trafican con la desgracia del hombre, pero el amor es totalmente distinto, construye, anima, progresa, supera todas las barreras de separación, entramos en comunión, con nuestros hermanos, y con nuestro Padre celestial. Jesús con el mandamiento nuevo que nos da, rompe todo sistema o barreras que nos impiden acercarnos al prójimo cuando dice:

“Amaos los unos a los otros”, acá Jesús está pidiendo a sus discípulos, que vivan en profundidad el amor fraternal, porque muy bien sabemos que estamos unidos, y vivimos en comunidad, pero al estar peleados, guardando rencor, hipocresía hacia el hermano…  no se vive el espíritu fraternal, que, para vivir la dimensión fraternal, es necesario saber que el hermano es hijo de Dios, de un mismo Padre; como nos dice San Juan: "Quien dice que ama a Dios y odia a su hermano es un mentiroso"; por eso no podemos separar el amor a Dios del amor a los hermanos. Ahora cómo podemos amar a nuestros hermanos, Jesús nos da la respuesta:

“Como Yo los he amado”, Jesús es el único modelo del amor, Dios es Amor, Él nos ha manifiesta su profundo amor a todos nosotros que somos pecadores y estábamos perdidos, dando su vida por todos nosotros y nos ha amado hasta el extremo, y así debe ser nuestro amor. Encontramos en estos tiempos que han pasado a personas muy cristianas que aman como Jesús, ofrecen su vida por un sentenciado a morir, como es el caso del la vida de San Maximiliano Kolbe que ofreció su vida; también como lo hizo Madre Teresa de Calcuta que su vida lo pone al servicio de los mas pobres y abandonados de la India, y cuantos más muchos buenos cristianos nos siguen dando grandes ejemplos, imitando el amor de Dios.

Finalmente si se aman mutuamente, será una gran señal para el mundo, y esta comunidad que vive su dimensión fraternal, es movida e impulsada por el Espíritu  Santo para que sea una fuerza evangelizadora y misionera anunciado a Cristo Jesús que vive y que nos sigue amando por medios de los hermanos.

                                                    Pbro. Salvador A. Carrasco Castro




sábado, 16 de abril de 2016

IV DOMINGO DE PASCUA CICLO C 2016

Posted by salvador on 4/16/2016 10:44:00 p.m. with No comments
JESÚS, ES EL “BUEN PASTOR”


Jesús nos dice: “Mis ovejas escuchan mi voz”. Todo buen discípulo reconoce la voz del pastor y escucha su palabra;  pero en estos tiempos somos bombardeados de tantas propagandas, que resulta difícil escuchar su palabra, o nos dejamos engañar por otras voces que no son del verdadero pastor, que buscan sus propios intereses. Debemos silenciar los ruidos del mundo , para poder escuchar su palabra.

El Buen Pastor conoce a sus ovejas,  ha llamado a cada una por su nombre, tiene siempre cuidado de cada oveja. El buen pastor, es Jesucristo, que nos ama a cada uno de nosotros,  que busca al pecador, sana nuestras heridas, nuestras enfermedades, nos lleva sobre sus hombros, y a las más pequeñas, lo tiene entre sus manos. El buen pastor nos lleva a con seguridad a buen destino, para que tengamos vida eterna.
 
Seguimos al Buen Pastor y es el único, porque conocemos su voz, y nos conduce a un buen destino, y participamos de su propia vida dándonos una vida eterna, ya que el da su vida por nosotros. No seguimos a otros pastores, que desvirtúan su mensaje de salvación, hablando siempre de bienestar económico, de éxitos…

Jesús es el Buen Pastor, se da ese título, pues la imagen del buen pastor es conmovedora, es una imagen que también expresa la misericordia de Dios, que nos invita no solamente de estar unidos, sino a vivir la dimensión fraternal.  Jesús que es el Buen Pastor, confía su rebaño a Pedro y no a otro, por eso todos los pastores, tenemos que estar unidos al único Pastor que es Jesús. 

Nadie puede arrebatarlas de la mano de mi Padre, el Padre me las ha dado, para que cuide firmemente de todas las ovejas y nadie las robe, ni se pierdan, ni las maten, ya que el Hijo con mano poderosa hace todo lo posible para que ninguno de nosotros se pierda y solo creamos en él.

Las autoridades, los padres de familia, los dirigentes, los que están al mando de un grupo, son pastores, que deben estar unidos al Buen Pastor para que cuiden, protejan, guíen corrijan, para que nadie se pierda y así no habrá mucha delincuencia, no abusando de su poder.

                                      Pbro. Salvador A. Carrasco C


viernes, 8 de abril de 2016

Posted by salvador on 4/08/2016 10:01:00 p.m. with No comments
EL RESUCITADO, CONFIÓ LA IGLESIA A PEDRO




Pedro se fue a pescar, después de todo lo que paso, volvió a sus quehaceres normales, desentendiéndose de las enseñanzas de Jesús; sus compañeros le dijeron vamos contigo, también desorientados por lo que sucedió acompañaron a Pedro, que era el líder del grupo de los siete, que simboliza a toda la iglesia, se fueron a pescar toda la noche y no sacaron nada, así es nuestra vida, sin Jesús no ganamos nada, aunque tengamos bienes y fama, pero de nada sirve, si no se tiene a Jesús.

Con Jesús se obtiene una gran pesca, Jesús se les aparece de muy de madrugada, a los discípulos pero no lo reconocen y les dice: “Muchachos “¿tienen algo que comer?”, y le responden: “no”, pues les dice: “echen la red a la derecha de la barca y encontrarán”, confiando en su palabra, echaron la red, y no tenían fuerzas para sacar la abundancia de peces, que eran grandes, no sabían que estaban en la presencia del Señor. Cuantas veces echamos las redes a nuestros problemas y no encontramos solución, es necesaria la presencia de Dios, para que podamos resolver nuestros problemas familiares, económicos y principalmente espirituales. Es decir Jesús debe estar presente en nuestro diario vivir, si no contamos con él, es difícil seguir adelante, siempre no sacaremos nada como los apóstoles. Además echo la red, para que mis amigos formen parte de la única Iglesia que Jesús confió a Pedro.

Dios es amado, justamente él es reconocido por el discípulo amado de Jesús, que le dice a Pedro: “es el Señor”, y Pedro rápidamente se cubre su cuerpo y se dirige hacia el Señor, es interesante que el amado es reconocido rápidamente por el que ama, en este caso Juan es el discípulo amado de Jesús, por ello en el amor lo reconoce. 

Jesús instituye el primado de la Iglesia, diciéndole a Pedro por tres veces, mas amas más que estos, y Pedro le dice que sí, pero a la última interrogación Pedro se pone triste porque le estaba recordando lo sucedido, por ello le responde Pedro “Tú conoces todo Señor y sabes que te amo”. Jesús le confió el rebaño a Pedro.

El Resucitado confió, su única Iglesia a Pedro, para que la pastoree, solamente Pedro ayudado por los demás apóstoles tiene que amar a las ovejas que Jesús le ha confiado, si ama a Jesús debe amar también a las ovejas que forman un solo rebaño. Cada pastor tiene que cuidar a sus ovejas, y estar en comunión con el Papa, que es el sucesor de Pedro.


Somos también interpelados, si nosotros realmente amamos al Señor, y esto lo tenemos que expresar en el amor a nuestros hermanos incluso hacia nuestros enemigos, que nos hicieron daño, tenemos que perdonarlos. Si amas a tus hijos, a tu esposa, con el amor de Cristo. Somos capaces de echar la red de la Palabra de Dios, y acoger a nuestras ovejas, que son de Cristo y no de nosotros.


Pbro. Salvador A. Carrasco Castro


sábado, 2 de abril de 2016

II DOMINGO DE PASCUA CICLO C 2016

Posted by salvador on 4/02/2016 10:19:00 p.m. with No comments
¡LA PRESENCIA DEL ROSTRO MISERICORDIOSO DE DIOS!


Los apóstoles, estaban en un ambiente sepulcral, llenos de miedo, asustados, decepcionados, temerosos de morir y acabar como su Maestro; todo esto los paralizaba, por eso estaban con las puertas bien cerradas, para no caer en manos de las autoridades judías, y terminar como su Maestro, que fue ejecutado. Tampoco no dieron crédito al mensaje de las mujeres, ni a los dos discípulos, que les contaron que habían visto al resucitado. Hombres sin fe, cuando se pierde la fe estamos muertos, creándose un ambiente sepulcral, ese el peligro de la iglesia, cuando pierde la fe, y se encierra en sí misma, ante este mundo que pregona el libertinaje... El Papa nos pide que salgamos de estos lugares referenciales, anunciado al mundo, que Jesús está vivo y presente, que sepa que Dios quiere darnos una vida sin fin.

El rostro misericordioso de Dios se hace presente en Jesús resucitado, que se apareció a los apóstoles el primer día de la semana, se puso en medio de ellos y les dijo: “Paz a ustedes” mostrándolos las heridas de sus manos y de su costado, descubrieron que era él mismo, por eso se llenaron de alegría y de gozo; se disipó todo miedo y temor. La comunidad cobra vida, porque está presente el resucitado, desapareciendo ese ambiente sepulcral...

Dios es  misericordioso, soplo sobre ellos el Espíritu Santo y les da el poder de perdonar los pecados a todos los apóstoles, en ese  momento instituye el sacramento de la confesión,  donde todo pecador experimentara la misericordia de Dios, que no condena sino que perdona y el pecador, recupera la alegría de tener nuevamente a Cristo resucitado. Falto Tomas, los demás apóstoles le dijeron hemos visto al Señor, no se alegró...  y dijo: Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no lo creo". Estas heridas nos recuerdan el odio que desatamos contra el inocente y la muerte que le dimos, pero su amor fue más grande que nuestro odio y con su muerte venció nuestra muerte…

El resucitado se aparece nuevamente a los ochos días, todos estaban reunidos, les dijo: “La paz sea con vosotros” y le dijo a Tomás, acércate, pon tu dedo en las heridas de mis manos, y tu mano en la herida de mi costado, recién creyó  por eso, nosotros seremos felices si creemos en el rostro misericordioso del Padre, que esta presente en cada comunidad reunida en su nombre, aunque no lo vemos con estos ojos físicos. Tomas dijo:
 “Señor mío y Dios mío” es la expresión de Tomás el incrédulo, pero que tuvo la gracia de palpar las heridas de Cristo resucitado, desde aquel momento la Iglesia ha hecho suya esta afirmación de fe; “Señor mío y Dios mío”, que encierra una gran riqueza teológica, por eso Jesús nos dice a nosotros: “Dichosos los que creen sin haber visto”. Debemos saber que el resucitado está presente y cerca de nosotros.
 



            

                               Pbro. Salvador A. Carrasco Castro