“SERVIR A DIOS, O AL DINERO”
El mal este mundo, es la idolatría del
dinero, muchas personas, están abocadas en conseguir riquezas, y amasar
fortunas, quedando atados a su dinero o a sus bienes, que los esclavizan;
muchos buscan por todos los medios sean lícitos o ilícitos obtener más dinero, para
asegurar su futuro.
El dueño le pide cuentas al mal
administrador que
está derrochando sus bienes, que no es fiel, por eso, el dueño que es el Señor,
lo va a despedir, por no ser buen administrador. Cuando el Señor nos llama,
debemos estar preparados, es decir cuando nos llega el momento de partir de
este mundo, tenemos que rendir cuentas de nuestra vida. El mal administrador dice:
"¿Que haré?"
Jesús alaba la sabiduría, y la decisión rápida y oportuna de este administrador
infiel, este va
asegurar su vejes… (ya que no puede cavar, y le da vergüenza mendigar), Jesús no
realiza un juicio moral del fraude que hace, sino que alaba su astucia y su
decisión oportuna y rápida para asegurarse su futuro, y ser acogido por
aquellos que les condono una parte de sus deudas. Por eso dice Jesús: “Los
hijos de este mundo son más sagaces que los hijos de la luz”, pues se hacen
amigos con ese dinero injusto que han recibido.
Los hijos de la Luz, debemos
aprender de ellos no lo malo que realizan sino sus sabias decisiones rápida
y oportuna, de asegurarse la vida futura en este mundo, el buen discípulo, tiene
que tomar una decisión urgente para asegurarse una morada en el cielo, convirtiéndose,
escuchando su Palabra, para ser semejante a nuestro amo. Lo que nos pide es
hacer para ser semejantes a Él.
¿Qué haré?, el hombre está
continuamente en una disyuntiva, servir a Dios o servir al dinero, Jesús nos dice: “No podéis servir
a dos señores, o sirves a Dios, o al dinero”, sabemos que cuando
servimos al dinero, este nos esclaviza, nos atenaza, nos tiende una trampa que
fácilmente no podemos liberarnos, caemos en la idolatría, nos vuelve
codiciosos, por eso explotamos, engañamos como nos dice el profeta Amós. Servir
a Dios, nos hace libres, nos permite compartir nuestros bienes con los más
necesitados, ganamos muchos amigos…
Pbro.
Salvador A. Carrasco Castro
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