FELICES LOS QUE
CONFIAN EN EL SEÑOR
Todo hombre ha buscado
siempre la felicidad, por
eso hay dos grupos de personas, según como el mundo los ve y también como Dios
los ve; es decir cuando Jesús mira a la gente, descubrimos que hay un grupo de
personas que son realmente felices y el otro grupo de personas que no son
realmente felices, aunque lo tengan todo. Hay también la mirada del mundo, que ve
a un grupo de personas que son felices porque lo tienen todo…; y otro grupo de personas
que por no tener nada son desgraciados.
Jesús nos da un programa
de vida para cada discípulo, para que seamos feliz, que son las
bienaventuranzas, no es que el hombre ha elegido ser pobre, para ser feliz,
sino más bien el hombre pobre, hambriento, y el que llora, porque es impotente
e incapaz, frente a las injusticias que se comete, este hombre es el que abre
su corazón a Dios, acoge el mensaje de Dios, por eso es feliz, porque pone toda
su confianza en el Señor.
Feliz es el hombre que confía
en el Señor, Bienaventuranza, significa ser feliz, ser feliz, por eso el pobre, el
hambriento, los que sufren y los perseguidos son felices, no porque son pobres…
sino porque su vida va a cambiar, por haber confiado en Dios. Feliz es aquella
persona, que en la tierra ha alcanzado la felicidad, y que también recibirá por
herencia la vida eterna, será totalmente feliz en el cielo, porque durante su
vida supo acoger el mensaje de Dios, poniéndolo en práctica.
También hay cuatro “Ayes”
son los que
siguieron el camino equivocado, según el mundo, donde este grupo de personas ha
alcanzado la felicidad, por estar lleno de riquezas, estar bien saciado, se ríen
porque no le falta nada, han alcanzado prestigio y éxito, ocupando grandes cargos;
pero para estos su vida será transformada. Jesús dice “Ay” de los ricos, de los
saciados, de los que ríen, de los que hicieron crecer su imagen… pues fueron
consolados, ahora su vida cambiara, tal vez para siempre. Este grupo de
personas, ponen su confianza en sus riquezas y no en Dios.; pues no saben
compartir su riqueza, con los que necesitan, no comparten su pan con los
hambrientos, y no son capaces de romper las estructuras injustas que hacen
llorar al pobre, llevándolo a la miseria y hacerlo menesteroso.
Jesús quiere que todos
seamos felices, que
para ser buen discípulo tienes que romper con todos los valores que el
mundo te da, y salir de ese camino equivocado; asumiendo los valores que Jesús
te da, de manera radical para que seas feliz, compartiendo con el más
necesitado, con el hambriento, y consolando a los que lloran.
Pbro. Salvador A. Carrasco C
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