“LA GENEROSIDAD Y LA CONFIANZA”
Cuídense de los letrados,
que no esperan nada de Dios, al
vestirse lujosamente, ostentan ser sabios, vanidosos y orgullosos; esperan y
exigen que los hombres los alaben, cuidan su imagen, y esperan siempre que hablen
bien de ellos, les gusta estar en los asientos de honor en las sinagogas, en los primeros puestos en los banquetes, en los
ambientes sociales y religiosos. Los letrados son también devoradores de los bienes de
las viudas y de los huérfanos, so pretextos de grandes rezos, estando su
corazón lejos de Dios. Ahora también hay letrados como ayer; y los de hoy son
los que piensan en sí mismos, les gusta figurar y aparentar, hacer un show
religioso, negocian con la fe de la gente humilde, buscan fama, éxitos y poder;
y que todo el mundo los reverencie. Estos recibirán una sentencia rigurosa.
¡Muchos ricos
dan dinero de lo que les sobra! Jesús al estar sentado al frente del arca de las
ofrendas, vio que muchos ricos echaban dinero en cantidad y de lo que les
sobra.. Piensan que el poderoso dinero lo puede todo, como
alguien que obtiene un dinero sucio y lo ofrecen a la Iglesia, piensan que está
comprando el cielo; que hablen bien de estos escribas de hoy; otros que, al dar
dinero a sus hijos, están esperando que se les retribuya; otros al dar dinero
en obras de bien, su interés es lavar el dinero, haciendo creer que son buenos.
No son generosos, porque siempre hacen sus cálculos económicos.
La generosidad y
confianza, Jesús
dice: “Esa pobre
viuda ha puesto en el arca de las ofrendas más que nadie” La pobre viuda dio todo lo que tenía, y solo espera
morir, ha dado sus reales que era lo único que tenía, pero lo dio al templo con
generosidad y confianza en Dios; no se ha reservado nada para sí, ni ha hecho cálculos
económicos para reservarse algo, como muchas veces lo hacemos. Hay muchos
santos que se han desprendido de sus riquezas, repartiendo a los pobres; otros
dando su vida por los más necesitados, atendiendo a los enfermos, visitando a
los presos…, despreocupándose de sí mismo, esperan porque confían en Dios como
lo hace esta pobre mujer viuda, que lo dio todo, y se dio a sí misma,
realizando un verdadero culto a Dios.
Aprendemos estas actitudes de las dos mujeres viudas
que viven en
una pobreza y son muy generosas y esperan con total confianza en Dios. Dios no
se fija en la cantidad de dinero, sino como entregaste o donaste ese dinero,
que vuestros hijos sepan que es un don de Dios. Dios no se fija en los números
ni en el peso, más bien se fija en lo que das sin reserva de aquello que
necesitas, y si lo hiciste con verdadera voluntad y buena intención. Si damos
de los que nos sobra, eso no vale a los ojos de Dios; pero si vale cuando lo
das con generosidad y confianza, pensando en el otro que realmente necesita y
no en uno mismo.
Pbro.
Salvador Carrasco Castro
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